Escribe Pepo Garay ESPECIAL PARA EL DIARIO
Envuelto por los paisajes de río y abundante vegetación propios de la región, el pueblo se presenta como tierra prometida de pescadores y de los amantes de la naturaleza en general
Desde que supo que iba a tocar en Argentina, el tal Roger Waters comenzó a planear días de pesca. Anhelaba el Paraná, y sus brazos muchos, sabiendo que en sus costas aparecen algunos de los mejores puntos de referencia para lanzar la caña. Lo llevaron a Romang. Quedó muy contento al conseguir de trofeo un descomunal dorado de 20 kilos al que, como es debido, devolvió al agua.
La visita del cantante y uno de los fundadores de Pink Floyd podrá sorprender puertas afuera. Pero no a los habitantes de esta localidad del noreste de Santa Fe, quienes saben de sobra que sus pagos son tierra prometida para los amantes del pescar. Decenas de miles llegan cada año en busca de surubíes, de amarillos, de dorados y de moncholos, en un contexto natural sublime.
Ese que define el río San Javier. Un brazo del Paraná que pareciera el Paraná en sí mismo, tan ancho que es, tan generoso en su caudal, en sus correntadas, en su vida acuática. Torrente que puebla la pintura de esencia de Litoral, con embarcaciones que vienen y van, vegetación abundante, aves en cantidad, islas y lagunas y un sonidito a chamamé que llega desde Corrientes, al otro lado del río.
Verano e invierno
En verano, las playas locales estallan de turistas. Sobre todo las que vibran en el gigantesco camping local, de asadores humeantes, carpas y jornadas entre amigos y familia. En invierno, las visitas tienen más que ver con acción en la naturaleza, la aventura que se hace río y selva en galería y excursiones en lancha y paseos en kayak y avistamiento de aves y monte y verde y… y Santa Fe.
Ya en el pueblo, el viajero de ojo atento advierte la influencia europea en la zona. Tras el dominio indígena (mocoví sobre todo), fueron suizos los primeros en levantar casitas. Una de ellas es la conocida como la “primera casa de material”, que linda con una coqueta plaza principal. La construcción (1875) ofrece una postal de los tiempos viejos, con sus anchos muros, puertas y ventanales.
Más tesoros de la historia pueden ser apreciados en el Museo de la Colonización, que acoge variedad de elementos de esas jornadas de pioneros y carretas. Lo mismo ocurre con la Estancia Cooper, antigua morada que se asienta en las afueras del municipio y que refleja el espíritu campestre de la región.
Agosto de fiesta
Durante agosto, Romang recibirá dos eventos que bien le marcan el perfil: el Concurso de Pesca Variada Embarcada con Devolución y la Fiesta Provincial Suiza. El primero va del viernes 26 al domingo 28, con la participación de pescadores aficionados de todo el país y más de 150 mil pesos en premios.
En tanto, la Fiesta Provincial Suiza homenajea a los fundadores el domingo 7. Será la 29° edición de la cita, que incluye folclore y música tradicional y gastronomía centroeuropea, con variedad de números artísticos y elección de la reina.
Cómo llegar
Romang está ubicado 590 kilómetros al noreste de Villa María. Para llegar hay que dirigirse primero a la ciudad de Santa Fe y desde allí tomar la ruta provincial 1 en dirección norte (desde la capital son 295 kilómetros). El camino va paralelo al río Paraná, entre riachos y lagunas, paisanos expertos en cañas y redes, restaurantes que ofrecen surubí a la parrilla y magia del Litoral.