El caso del locutor local agredido por un pitbull, lo que le provocó un accidente con la moto que conducía, reavivó el tema de la concientización sobre la tenencia responsable de mascotas, principalmente de aquellas con tendencia a la agresividad
El viernes pasado por la mañana, el locutor villamariense Miguel Bazán circulaba en su moto por la calle Jujuy al 1400, cuando de la nada apareció un perro de raza pitbull, que lo encaró y lo hizo caer de su moto.
Bazán sufrió varios golpes en la cabeza al caer contra el pavimento, además de raspaduras en la mano derecha y la pierna. Por suerte, llevaba el casco y no sufrió heridas mayores.
El locutor explicó que el perro salió desde una distribuidora y sin bozal alguno. Luego pudo conversar con una vecina que le contó que no era la primera vez que sucedía una cosa así, que ya había pasado con otro perro del mismo dueño.
El hecho hace replantearse si somos realmente conscientes y tomamos los recaudos necesarios para que nuestras mascotas no ocasionen daños a nuestros vecinos.
Los dueños de algunos perros potencialmente peligrosos deben saber educarlos y hacerse cargo de los canes. La tenencia responsable de animales en la ciudad, su cuidado y la seguridad de las personas es fundamental para una buena convivencia.
Otros casos llegan a este suple, como, por ejemplo, llamadas de vecinos que hace meses esquivan una cuadra de la costanera porque siempre hay una perra que muerde a los que pasan por ahí. Si bien han intentado dialogar con la dueña, no han tenido éxito al solicitarle que si la va a dejar suelta, le coloque un bozal, aun sabiendo la tendencia a morder de la perra. Los dueños justifican que la perra “nació estresada” y no hacen nada para resolver la situación.
Quienes aman y defienden a los animales entienden que hay razas que han sido manipuladas genéticamente, buscando justamente crear especies agresivas y con potencial para la pelea si son adiestradas.
Los dueños de estos canes tienen que saber qué clase de perro tienen, informarse sobre los riesgos que conllevan las razas potencialmente riesgosas y no dejarlos sueltos, sacarlos siempre con collar, correa y bozal y ante cualquier comportamiento extraño, recurrir a un adiestrador experimentado para neutralizar cualquier agresividad.
Atento a la Ley provincial
En el año 2009 se sancionó en Córdoba la Ley 9.685 que regula la “circulación en la vía pública y tenencia de perros potencialmente peligrosos para preservar la vida y la integridad física de las personas y demás animales”, tal como establece en el artículo 1.
Por perros potencialmente peligrosos, la ley entiende a aquellos “con independencia de su agresividad, aquellos cuyas especies o razas y/o contextura física y/o fuerza mandibular, tengan capacidad de causar lesiones y/o la muerte a personas y/o animales, y que son utilizados como animal doméstico de compañía y de criadero”.
En especial, se consideran potencialmente peligrosos los perros con fuerte musculatura, marcado carácter, mandíbulas grandes y fuertes; boca robusta, ancha y profunda, y cuello ancho, musculoso y corto, entre otras características.
Juan Brügge, autor de la norma, señaló al momento de la sanción que la ley apunta a la «tenencia responsable», aunque existe violación a diario de la norma en todos los espacios públicos.
El artículo 5, prohíbe expresamente “a toda persona circular por espacios públicos, vía pública o lugares de acceso al público con perros potencialmente peligrosos y con el animal en libertad de acción” y el 7 detalla expresamente los requisitos de seguridad, entre los que enumera que los canes deben ser conducidos y controlados por sus propietarios en la vía pública con cadena o correa y bozal. Este bozal deberá ser apropiado a la raza del animal y la cadena o correa no deberá superará un metro cincuenta centímetros (1,50 m)”, pero esto no siempre se cumple.
A resguardo en el hogar
Para la guarda de los canes en los domicilios la ley también establece pautas con el fin de mantenerlo en un sitio cerrado, tanto para protección de personas como para otros animales: “Las paredes, vallas, cercos o alambrados perimetrales deberán ser suficientemente altos y consistentes, construidos con material de suficiente resistencia como para soportar el peso y la presión que ejerza el animal, no pudiendo ser inferiores a dos metros de altura. Además, las puertas que permitan el acceso a las instalaciones deberán ser de resistencia y efectividad”. Las medidas como mecanismos de seguridad apuntan a evitar que el can pueda atacar.
La entidad de aplicación es la Policía y, tal como establece la ley, puede hasta secuestrar al animal de manera preventiva si incurre en alguna irregularidad, tal como se expresó, para proteger al resto de las personas y a otros animales cuando se circula con este tipo de mascotas.
Por cuestiones de seguridad o porque a las personas les gusta, hay cada vez más vecinos de la ciudad con perros de razas de fuerte contextura física y que tienen una capacidad de agresividad importante; es por eso que los ciudadanos debemos entender que tenemos que comprometernos, ser conscientes, cuidarnos entre nosotros y tomar las medidas de seguridad pertinentes para cumplir con la tenencia responsable de los animales.