Escribe Juan Pablo Morre
Aunque dependía de un “milagro”, Colón ni siquiera pudo cumplir su parte y perdió 2 a 1 con Atlético, en la despedida de ambos de la actual temporada
Ticino: ráfaga y aguante. Así edificó su adiós triunfal de la temporada el Atlético, que derrotó 2 a 1 de Colón a Colón, que más allá que dependía de un milagro, ni siquiera pudo despedirse victorioso de local en un año de pocas satisfacciones.
En el primer tiempo, el visitante logró un 2 a 0 porque apeló a la efectividad y supo imponer condiciones en ambas áreas en las acciones pelotas detenidas, dos aspectos fundamentales en un reducto chico, y dentro de un trámite de pocas pausas, de idas y vuelta constante, más allá de que escaseó de juego asociado.
En ese aspecto, las individualidades influyeron en la primera media hora, porque Ticino mostró desnivel con Leandro Zalazar (extrañamente errático en la definición), el despliegue constante de Elías Seco, la buena pegada de Javier Bergese y la experiencia de Diego Fantino.
De todas maneras, el “hombre” del primer tiempo, fue Elías Acosta. A los 22’, el lateral derecho abrió el partido con un excelente “chilena” dentro del área luego de que la visita ganará en repetidas oportunidades en el área rival. Luego, a los 26’, despejó en la línea un tiro de Mayco Rodríguez con Fantino vencido y, dos minutos más tarde, a los 28’, el propio Acosta se animó, sacó un tiro de larga distancia, la pelota le picó antes al arquero Joaquín Peretti, quien no controló y terminó metiendo la pelota en su arco: 2 a 0 para los dirigidos por Claudio Crespo.
Con la ventaja, el local, con más impulso que ideas (sólo mostró claridad con José Navarro y cierto empuje por parte Santunione), prácticamente le quedó lejos el descuento, y Ticino se fue tranquilo al entretiempo.
Pese a que al minuto Fantino le sacó una definición a Santunione, el primer cuarto de hora del complemento estuvo bien controlado por la visita dentro de un trámite que aumentó en roce y faltas, lo que le quitó continuidad en las acciones. De todas maneras, un par de apariciones del pibe Matías Zambrana, le dio impulso al local, que llegó al descuento a los 16’. Otro envió de pelota detenido derivó al despeje corto de Fantino (se vio falta -abajo- sobre el arquero), Zambrana la volvió a meter al área chica y allí apareció Aguirre para corregir el envió y anotó el 2 a 1.
Ese gol, sumado a la roja innecesaria a Elías Acosta (doble amarilla en solos segundos cuando iba a ser remplazado por demorar el juego y a lo que le siguió un entredicho con un rival), parecía que envalentonaba al “Rojinegro”.
Pero nada de ello apareció, el desgaste físico le pasó factura (sólo tuvo 48 horas de recuperación de un partido a otro) y prácticamente no mostró lucidez en los últimos metros para inquietar al rival que, con un menos, se acomodó correcto con las modificaciones y el sacrificio de Zalazar (terminó jugando de doble volante central) y generó, de contragolpe, las chances más propicias, no bien aprovechadas.
Por lo que, el árbitro sentenció el final, para la satisfacción de la visita y la desazón de la visita en lo que fue un cierre de temporada de transición que, en definitiva, los tuvo lejos del protagonismo de años recientes.
La figura
Elías Seco
Mucho despliegue en todo el partido y fue ladero de todos sus compañeros, siempre fue una rueda de auxilio para todos. Creció, con la pelota en su pies, a medida que fueron recorriendo minutos después de los “apuros” que mostró en el primer período. Zalazar ganó siempre en el mano a mano y sólo le faltó el gol. En Colón, el mejor con la pelota fue José Navarro.
El árbitro
Gabriel Rodríguez
Debió expulsar a Peretti -quien tocó la pelota fuera del área- por último recurso (la pelota y el atacante iban en línea recta al arco) y obvió un claro penal de Alvarez a Seco en el complemento. Utilizó bien las amarillas para que el partido no se le descarrilará, apelando a su oficio, en un partido que mostró, por momentos, muchas infracciones innecesarias.