Esta es la declaración final de la Reunión anual Red de Cátedras Libres de Soberanía Alimentaria y colectivos afines de universidades públicas argentinas y latinoamericanas (Red Calisa)
Integrantes de la Red de Cátedras Libres de Soberanía Alimentaria y colectivos afines de universidades públicas argentinas y latinoamericanas (Red Calisa), reunidos en la ciudad de Villa María, observamos con preocupación la profundización del sistema político que sustenta al modelo económico agroindustrial de producción, distribución y consumo de alimentos, el cual está ocasionando daños irreversibles en la salud humana y el ambiente.
Nos encontramos en un punto de inflexión en el país y la región, donde se está profundizando una injusta estructura económica en un escenario político de restauración conservadora, caracterizado por la violación de los principios básicos que aseguran el derecho humano a la alimentación, garantía de la seguridad y soberanía alimentaria.
El modelo agroindustrial se caracteriza por una descontrolada producción de monocultivos transgénicos (principalmente soja, maíz y algodón), monocultivos forestales (principalmente pinos y eucaliptus), uso indebido de cultivos alimentarios para la producción de combustibles (agrocombustibles) y producción de ganado en corrales de alimentación (feedlots), cuyas consecuencias implican la inescrupulosa deforestación destructora de los bosques nativos, la sobreexplotación del suelo, el uso intensivo de agrotóxicos y fertilizantes de matriz gasífera, petrolera y megaminera, así como el desalojo de pueblos indígenas, campesinos y agricultores familiares… Un modelo que se replica en la pesca industrial (realizada con grandes buques y redes de arrastre) que destruye nuestros bienes comunes y provocan el abandono de la actividad por los pescadores artesanales.
El cuadro se completa con la promoción, mediante agresivas campañas, del consumo de alimentos ultraprocesados que deterioran la salud humana, comercializados especulativamente a través de cadenas de supermercadismo altamente concentradas, que se imponen en la fijación de precios y provocan el incremento del costo de los alimentos de la canasta básica, la disminución del poder adquisitivo y la desaparición de pequeños comercios.
En este sentido, los medios de comunicación masiva que responden a criterios corporativistas, sirven a la construcción arbitraria de una cultura hegemónica, ayudando a instalar modelos y problemáticas enajenantes que van erosionando las pautas culturales originarias, respetuosas de las cualidades socio-históricas y ambientales de nuestras comunidades. Lejos de constituirse en un servicio para el entramado social, el circuito que reúne las Corporaciones Mediáticas con sus Comunicadores, los Políticos de turno, las Empresas Trasnacionales y los Profesionales del MKT, convierte a los medios monopólicos en vías instrumentadoras de dominación y manipulación socio-cultural.
De este modo, sistemáticamente se van agravando las problemáticas sociales de inseguridad, violencia, desempleo, desalojo de pueblos originarios, de campesinos y de agricultores familiares, a la vez que se van tergiversando los problemas genuinos, mediante la ampliación de la penetración cultural que ejecutan las empresas trasnacionales en ámbitos de gobierno, justicia, salud, educación y comunicación, logrando con ello naturalizar o invisibilizar lo dañino.
Esta situación es acompañada por una avalancha de presentaciones de proyectos, modificaciones o reformas de leyes que tienen por objetivo apuntalar las condiciones descriptas. Se alinean en este sentido las propuestas de nuevas leyes nacionales y provinciales sobre Agroquímicos, la Ley Nacional de Semillas, Proyecto de actualización de la Ley de Bosques en la Provincia de Córdoba, las transformaciones en el proyecto original de Ley de Protección de Humedales y la no reglamentación y desfinanciamiento de la Ley de Reparación Histórica de la Agricultura Familiar para la construcción de una nueva ruralidad.
Tal panorama concluye en la grave crisis socio-ambiental actual, atravesada por el cambio climático y los desastres naturales que ocasionan severos daños económicos, sociales, humanos y ambientales, lo cual viene generando el incremento desmedido de enfermedades y muertes.
Cátedras integrantes de la Red Calisa y colectivos afines, hemos reflexionado en Villa María sobre estos aspectos que constituyen el paradigma estatal actual, caracterizándolo como un sistema ecocida, concretado mediante un modelo de producción agroindustrial extractivista, tóxico-dependiente, capitalista, monopólico, corporativamente trasnacionalizado y altamente concentrado, que está ocasionando daños irreparables a la salud de la población y al ambiente, así como privatizando el patrimonio natural del país y, por ende, comprometiendo nuestros presente y futuro
En simultáneo con el avance de este modelo, resulta relevante el papel desempeñado por Organizaciones y Movimientos Sociales que llevan a cabo fuertes luchas socio-ambientales que van consolidando, entre otras vías de solución, la construcción de Soberanía Alimentaria, mediante acciones socio-educativas… y la instalación de reclamos en ámbitos estatales y de justicia nacional e internacional, en centros académicos y en los escasos medios de comunicación que les dan voz; contribuyendo entonces a través de propuestas concretas a la defensa integral del ambiente, la tierra, el territorio, la justicia social, el derecho a la alimentación y la protección y promoción de la vida…
Dentro de esta situación crítica, es loable la labor desarrollada por personas, grupos e instituciones que ya están produciendo parcialmente realidades a las que aspiramos. Con gran esfuerzo, proactiva y creativamente, van demostrando que los cambios son posibles. Entendemos que la articulación entre estos actores socioambientales, gobierno, productores, profesionales de la justicia, la salud y la educación es esencial para seguir construyendo diariamente proceso de emancipación que concluya en un paradigma de vida integralmente sustentable.
Atento lo citado, consideramos que se requiere por parte del Estado, la implementación efectiva y urgente de Políticas Públicas que permitan ir revirtiendo el daño socio-ambiental ocasionado, brindando apoyo integral a los proyectos educativos institucionales y comunitarios y a los sistemas de producción sustentables y agroecológicos, mediante una planificación estratégica que favorezca la participación de productores genuinos de alimentos, de investigadores, profesionales, docentes, estudiantes y extensionistas de todas las disciplinas de las universidades públicas, así como de todos los trabajadores y ciudadanos comprometidos con esta realidad.
Por este camino podremos continuar trabajando cooperativa, interdisciplinaria, interinstitucional e intersectorialmente por la recuperación de la salud humana y ambiental e ir alcanzando un nuevo paradigma socio-ambiental que consolide un sistema de políticas integrales de protección y promoción de la vida, cuyo sistema económico se base en la producción de alimentos saludables, fundada en los principios de Soberanía Alimentaria, sustento de la Independencia Económica, la Soberanía Política y la Justicia Social.
Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria y varias facultades y organismos de la Universidad Nacional de La Plata. Cátedras Libres de Soberanía Alimentaria de la Universidad de Buenos Aires (UBA), de la Universidad Nacional de Luján (UNLU), de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (UNLZ), de la Universidad Nacional de Córdoba, del Instituto Superior de Formación Docente Nº 16 de la Dirección General de Cultura y Educación de Saladillo, Provincia de Buenos Aires, Programa de Extensión e Integración para el Desarrollo Agroalimentario de la Universidad Nacional de Villa María, Proyecto Comunitario Agroecológico «Pueblo Mampa» de Villa María, Fundación Pro-Eco San Miguel de Salsipuedes.
Agradecemos la contribución a la organización de la “Jornada de Soberanía Alimentaria…” a UNVM, Biblioteca M. Moreno, Eduvim, EL DIARIO-Cooperativa Comunicar, Concejo Deliberante (en especial a Mónica Lazos), Cispren, Colegio de Ingenieros Agrónomos de Córdoba, Atilra, Aduvim, Cooperativa «Las cuatro esquinas», Villa María Turismo y Deporte y Empresa Plus Ultra-Mercobús.