Se trata de Julio Rodríguez, quien fue declarado culpable de “lesiones graves”, “amenazas reiteradas”, “desobediencia a la autoridad” Y “violación de domicilio”. Deberá realizarse un intensivo tratamiento psicológico para poder salir
A requerimiento del fiscal de Cámara y luego de un acuerdo previo con la Defensa, el juez Félix Martínez le impuso ayer una pena de tres años de prisión efectiva a un irascible villanovense que protagonizó distintos hechos de violencia familiar en perjuicio de quien era su concubina.
La condena recayó en Julio Rodríguez, de 72 años, quien fue declarado autor penalmente responsable de “lesiones graves” (agravadas por violencia de género), “amenazas reiteradas”, “violación de domicilio” y “desobediencia a la autoridad”, delitos cometidos en diciembre pasado en barrio La Floresta de la vecina ciudad.
Como Rodríguez confesó su culpabilidad en los hechos que se le atribuían, el juicio oral y público se realizó bajo la modalidad de “trámite abreviado”, es decir omitiéndose la recepción de testimonios e incorporándose por lectura toda la prueba colectada en el expediente.
Antes de que comenzara la audiencia de debate, el fiscal Francisco Márquez y el abogado Juan Antonio Rusconi, defensor del septuagenario, habían pactado la pena finalmente solicitada por ambos y dictada por el presidente del tribunal.
Puede salir, pero…
Como Rodríguez lleva poco más de ocho meses entre rejas, quedó a las puertas de solicitar el beneficio de la “libertad condicional”. Sin embargo, la misma se le concederá siempre y cuando supere con éxito una pericia psicológica que acredite que se encuentra en condiciones de reinsertarse socialmente y haya observado buena conducta durante su estadía en la cárcel de barrio Belgrano.
Además de la pena impuesta, el juez Martínez dispuso en su sentencia (que fue leída por el secretario Guillermo Picco) que el condenado se someta a un tratamiento psicológico intensivo ante los reiterados hechos de agresión que ha protagonizado en los últimos tiempos.
En efecto, Rodríguez registra varias denuncias por episodios de violencia que tuvieron como principal víctima a su expareja, una mujer de su misma edad, aunque también protagonizó sucesos similares con otras personas.
Condenado en 1994
Cabe recordar que este convicto que al momento de ser detenido se ganaba la vida como cuidador de autos en la zona del casino, además de realizar distintas changas, registra una condena impuesta por la misma Cámara del Crimen de Villa María a mediados de los años 90, también producto de su irascible personalidad.
Según pudo saberse, en 1994 fue juzgado y sentenciado por haber provocado lesiones a unos niños, a los que les daba pilas que previamente calentaba, lo que les ocasionaba quemaduras leves.