Se trata de Miguel Angel Gómez, un convicto analfabeto y adicto a las drogas que cometió ambos hechos a mediados de 2014. Está detenido desde agosto de ese año, pero como tiene pésima conducta, es muy probable que no sea liberado
Un joven que padece un serio problema de salud por su adicción a las drogas fue condenado ayer a tres años de prisión de cumplimiento efectivo luego de confesar que cometió dos asaltos y, poco antes de conocer la sentencia, le pidió al juez René Gandarillas “una oportunidad” para superar su enfermedad.
En el marco de un juicio de trámite abreviado, Miguel Angel Gómez (23) fue declarado autor responsable de “robo calificado por uso de arma de fuego” cuya operatividad no se pudo acreditar y se le impuso el mínimo de la pena prevista para ese delito por la legislación vigente por tratarse de un convicto primario.
Precisamente por ser la primera condena que recibe, Gómez quedó a un paso de obtener la “libertad condicional”, pero como tiene muy mala conducta en su lugar de detención, difícilmente se le conceda dicho beneficio excarcelatorio.
Al respecto, el artículo 13 del Código Penal de la Nación establece que “el condenado a prisión (…) por tres años o menos, que hubiere cumplido (…) ocho meses de prisión, observando con regularidad los reglamentos carcelarios, podrá obtener la libertad por resolución judicial, previo informe de la dirección del establecimiento e informe de peritos que pronostique en forma individualizada y favorable su reinserción social”.
Gómez se encuentra detenido desde los primeros días de agosto de 2014 (es decir, lleva un año y nueve meses entre rejas), por lo que está en situación de tramitar la condicional, pero su calificación disciplinaria dentro de la cárcel de barrio Belgrano es “pésima” y eso le impide ser excarcelado.
Además, el joven presidiario tiene serios problemas de salud por su adicción a drogas de distinto tipo (durante la audiencia declaró ser consumidor de marihuana, cocaína y pastillas e incluso suele aspirar pegamento), a tal punto que la asesora letrada Silvina Muñoz solicitó al presidente del tribunal que ordene a la Dirección del Establecimiento Penitenciario Nº 5 que se le brinde a Gómez “un tratamiento adecuado”.
Asimismo, Muñoz pidió que su defendido sea incorporado a los planes educativos que se brindan en el penal villamariense, ya que al declarar sobre condiciones personales, dijo que no sabe leer ni escribir.
Sus dos víctimas
Los hechos por los cuales Gómez fue juzgado y condenado se produjeron los días 8 de junio y 2 de agosto de 2014, cuando asaltó a un vecino al que conocía y a un menor, respectivamente, utilizando un arma de fuego que nunca se pudo localizar y, por ende, no se estableció si era operativa.
Respecto a este tema, el último párrafo del artículo 166 del Código Penal establece que “si se cometiere el robo con un arma de fuego cuya aptitud para el disparo no pudiera tenerse de ningún modo por acreditada (…), la pena será de tres a 10 años de prisión”.
Además de Gandarillas y de Muñoz, intervinieron en la audiencia de debate el fiscal de Cámara, Francisco Márquez, y la secretaria, Gabriela Sanz.