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“Tuve ganas de hacer canciones después de veinte años”

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“Tuve ganas de hacer canciones después de veinte años”
Pablo Balduzzi al piano. Su disco se puede conseguir en FM

Escribe Iván Wielikosielek ESPECIAL PARA EL DIARIO

Pablo Balduzzi acaba de editar “Un nuevo amanecer”, su primer disco solista. Tras dos décadas como compositor instrumental, el pianista villamariense se decidió por un “álbum pop” motivado por las bandas que grabaron en su estudio y el nacimiento de su hija

Pablo Balduzzi al piano. Su disco se puede conseguir en FM
Pablo Balduzzi al piano. Su disco se puede conseguir en FM

Renacimiento es la palabra. Quizás no sea la más indicada para definir un disco de rock puesto que su uso remite a los frescos de Miguel Angel, los retratos de Leonardo o la Venus de Botticelli naciendo del mar. Pero en este caso no hay una palabra mejor. Porque tras haber ensayado la canción hasta los 16 años con “Basureros nocturnos” (su grupo del secundario), Pablo Balduzzi abandonó el género de manera radical y decisiva. Lo esperaban los pianos del conservatorio, la guitarra del maestro Tissera y las cátedras de Audioperceptiva en la Universidad Nacional de Villa María (UNVM) .

Pero, sobre todo, los proyectos de música instrumental que lo tuvieron como compositor a lo largo de dos décadas (“Prisma”, primero, y “Enano cabeza de chapa”, después). Y también como arreglador, sonidista y productor de otras bandas desde su mítico estudio “Ave de Frack” en calle Entre Ríos.

Hasta que un día (así empieza el relato de todas las conversiones) algo cambió para siempre en su vida. Y llegó lo que no se puede definir con una palabra mejor que “Renacimiento”. Aunque nada tenga que ver con la Capilla Sixtina o la Gioconda, sino con Ceratti y Spinetta. Pero mejor será que el propio Balduzzi explique su metamorfosis hacia un nuevo concepto artístico.

“La verdad es que siempre hice música instrumental y desde los 16 años que no escribía canciones. Pero el año pasado estuve grabando en mi estudio a muchas bandas nuevas (Debieras Pitar, Carlos Yarán, Fabricio Galetto), metiendo pianos y compenetrándome con sus temas, y eso me generó un nuevo atractivo por la canción. Hay cosas fascinantes que podés trabajar y que la música instrumental no te lo da, como los coros o las guitarras con la voz. Y eso me dio el empuje. Tuve ganas de hacer canciones después de 20 años.

 

Emilia naciendo de la espuma

-Sin embargo, los temas no nacieron de la noche a la mañana.

-No, claro. Un día me puse con la viola y salió una base. Después le escribí una letra y la grabé rápido en mi estudio y así nació “Emilia”. Estaba dedicada a mi hija que venía en camino. Y la espera de ese nacimiento me generó un nuevo nacimiento a mí. No tengo mucha experiencia escribiendo, pero no le aflojé. Y cuando me quise acordar, ya tenía cinco temas. Entonces me dije “¡Esto ya es el comienzo de un disco!”. Y como tengo acceso al estudio, me propuse grabarlo todo solo: la bata, el bajo, las violas, los teclados, los coros…

-¿Eso lleva mucho más tiempo que grabar con una banda, no?

-Sí, pero tiempo era lo que me sobraba. Como no tengo que pagar el estudio, lo fui haciendo tranquilo, con veinte mil tomas por tema. Y al final invité a tres amigos en guitarra: el “Rorro”(Rodrigo) Moral, el Seba (Sebastián) Torroela y Laureano Cardarelli. También a Jorge Rossi, que escribió la letra de “Pájaros grises”, uno de los hits del álbum (risas).

-Tu disco suena power y pop a la vez, ¿cuál es el secreto de esa mezcla?

-Me alegra mucho que lo percibiste porque creo que es así. Hay mucho del sonido de mis músicos preferidos como Cerati, Spinetta y los Illya Kuriaki. Vos fijate que las bases son pesadas, tipo “Socios del desierto”, pero las violas son limpias y sin efectos, tirando a las del Spinetta solista. Creo que eso logra un equilibrio entre lo suave y lo violento.

-¿Cómo te sentís ante tu primer trabajo solista?

-¡Tenía una ansiedad bárbara! Imaginate que esa noche no dormí esperando la encomienda de Buenos Aires. Abrir la caja y ver el proyecto terminado con la bolsita y el librito es algo impresionante.

-¿Qué espera un músico villamariense de un disco de canciones?

-Primero que nada, tocarlo en todos los lugares que se pueda. Eso seguro va a ser a mitad de año porque como al disco lo grabé solo, todavía tengo que armar una banda. Ya busqué los músicos y vamos a empezar de cero en estos días. La otra cosa que espero es que pase algo feliz y que no esté en los papeles.

-¿Qué dirías de “Un nuevo amanecer”?

-Que es un disco optimista. Ahí no hay nada de protesta ni de reclamo, a la inversa de lo que normalmente son las letras de rock. Estoy pasando por un momento de mucha felicidad porque vino mi hija, vino este disco y vinieron las canciones. Este nuevo amanecer me trajo una nueva luz. Y bajo esa luz quisiera quedarme a vivir.

“Dulce es la luz/ de tus ojos que iluminan/ Y es la inocencia de tu alma/ que ha venido a cambiar mis días…/ Siento que sos vos/ sos mi sol mi compañía/”, le canta Pablo a la pequeña Emilia Balduzzi y acaso también al nuevo hombre que ha nacido en su alma.