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Ultimo adiós al licenciado Juan Carlos «Cacho» Avalle

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Ultimo adiós al licenciado Juan Carlos «Cacho» Avalle
Juan Carlos Avalle... el "Cacho"
Juan Carlos Avalle… el «Cacho»

“Cacho fue el primero en aprender a contar hasta 1.000 de todos nosotros. Estábamos en primer grado”, recordó en la mañana de ayer ante EL DIARIO un compañero suyo de la Escuela Normal Víctor Mercante, de la que egresó con la Promoción 1972.

“Yo lo seguía últimamente por Facebook, y me divertía ver cómo resolvía en pocos minutos los problemas matemáticos más complicados que se planteaban (en esa red social)”, comentó en la tarde de ayer a este medio otro compañero, en este caso de la secundaria, en el Instituto Secundario Bernardino Rivadavia, en el que se recibió en 1977.

Otros allegados dieron a conocer que “sus promedios en la Universidad Nacional de Córdoba asombraban al cuerpo de profesores, quienes lo buscaban de ayudante”.

En esa casa de altos estudios, Juan Carlos Avalle (hijo de un homónimo que fue prominente empresario local del calzado y uno de los integrantes de la primera comisión del Festival de Peñas) se graduó en la primera mitad de los 80 como licenciado en Administración de Empresas. Y, como tal, se desempeñó en empresas de este medio realizando tareas contables y también de asesoría.

Avalle con el periodista de EL DIARIO, Raúl José, fallecido en julio del año pasado

Avalle, que de chico vivió en la calle San Martín, casi esquina San Luis, formó su propia familia a fines de los 80 , con cuatro hijos, y se radicó con ella en el barrio Palermo de esta misma ciudad. Posteriormente una separación disgregó el núcleo. El siguió en Villa María con uno de los chicos y los otros, que estudiaban en Córdoba, quedaron junto a su mamá, que fue a vivir a la capital provincial.

Tal vez ese fue el punto de inflexión que más dolió a Juan Carlos… El otro, la muerte de su hermano, el Negro Edgardo (a su hermana Cecilia, residente en Estados Unidos, se le espera para las próximas horas en la ciudad).

La soledad lo acercó a hermanos de la vida como el periodista de EL DIARIO, Raúl José, fallecido el año pasado, y Enrique Houriet, con quien compartió diariamente almuerzo y cena en Quinino.

El lunes se sometió a “una complicada operación” en una clínica privada de esta ciudad, según dijeron ayer sus allegados. permaneció en la sala de terapia intensiva hasta la mañana de ayer, cuando sufrió un paro cardiorrespiratorio.

Es velado en la casa principal de Empresa Paviotti y sus restos serán sepultados esta tarde a las 18.

Que en paz descanse.