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Un año sin respuestas de lo que pasó

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Un año sin respuestas de lo que pasó

El Centro de Estudios Legales y Sociales lo hizo conocer en un comunicado difundido en la víspera

 

El Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) manifestó ayer que, a un año del hallazgo del cuerpo de Luciano Arruga, quien estuvo desaparecido durante seis años, la familia «todavía no tiene respuestas» sobre lo que le ocurrió tras ser visto con vida por última vez en 2009 en la localidad bonaerense de Lomas del Mirador.

«La Justicia Federal de Morón investiga el momento en el que Luciano fue atropellado por un automóvil cuando intentaba cruzar la avenida General Paz por un carril de alta velocidad, corriendo en la madrugada como si intentara eludir una persecución», recordó la entidad.

Agregó que «un testigo observó la presencia de un patrullero de la Policía bonaerense con las luces apagadas, en una colectora a pocos metros del lugar».

«Hoy sigue siendo necesario que todas las instituciones se comprometan seriamente en averiguar lo que pasó para que se cumplan el derecho de la familia de Luciano a conocer la verdad y la obligación del Estado de sancionar a los responsables», remarcó el CELS en un comunicado.

Casi seis años después de haber desaparecido del barrio 12 de Octubre, donde la Policí­a lo habí­a detenido varias veces y hostigado por negarse a robar, Arruga fue hallado en octubre del año pasado enterrado en el cementerio de la Chacarita como NN.

El 17 de octubre, el titular del CELS, Horacio Verbitsky, anunció que el cuerpo se había encontrado después de que se cotejaran las huellas dactilares de cadáveres no identificados enterrados en febrero de 2009 con las del adolescente de 16 años, un trámite que no era tan complejo, pero que no se habí­a hecho.

 

La historia

La historia de la desaparición del joven comenzó el 31 de enero de 2009 por la noche, cuando Luciano, que trabajaba en una fábrica de hebillas, salió de su casa y no fue visto nunca más.

Las sospechas de su familia sobre lo ocurrido no tardaron en llegar: el joven habí­a sido detenido y torturado en 2008 en el destacamento policial de Lomas del Mirador y sus efectivos siempre lo hostigaban y hasta le gritaban «negro de m…».

Sin embargo, los fiscales que intervinieron en la causa mandaron a investigar a esos mismos policí­as.

Además, la Fiscalí­a pidió a la Morgue Judicial las autopsias de los NN fallecidos en 2009 y le enviaron 52 necropsias entre las cuales estaba la de Arruga, aunque figuraba con una edad de entre 25 y 30 años por un error de apreciación del forense.

A pesar de que el informe señalaba que el cuerpo tení­a tatuajes y un aro, como Luciano, ni esa autopsia ni la de un joven de 18 años se cotejaron con las huellas dactilares de Arruga.

Por esas irregularidades, los tres funcionarios judiciales ahora afrontan un jury de enjuiciamiento.

 

En 2013

En 2013, el expediente pasó al juez federal de Morón Juan Pablo Salas y tras un habeas corpus de la familia, la Cámara de Casación Penal ordenó al Estado nacional y provincial buscar el cuerpo.

Entonces, el Ministerio de Seguridad de la Nación hizo una compulsa de los libros matrices de la Policí­­a Cientí­fica donde figuraban cuerpos no identificados y se halló un cadáver enterrado en la Chacarita como NN el 3 de febrero de 2009 cuyas huellas coincidí­an con las de Arruga.

Luego, se halló una causa por un accidente ocurrido en avenida General Paz y Emilio Castro a las 3.21 del 1 de febrero de 2009, tres horas después de que Luciano fuera visto por última vez.

Entonces, se empezó a conocer qué habí­a pasado con Arruga esa noche. El conductor del auto que lo arrolló declaró ante Salas: «Corrí­­a desesperado, desencajado y como si estuviera escapando de alguien».

Un motociclista que llegó primero al lugar hace pocos dí­as aportó un dato clave: en la colectora habí­a un patrullero de la bonaerense, pero ni ese móvil ni sus ocupantes se acercaron a ver qué ocurrí­a.

Arruga fue llevado por el SAME al Hospital Santojanni y las 8 murió tras ser operado. Se hizo la autopsia, pero como el chico no fue reclamado ni tení­a documentos, fue enterrado como NN por orden de la jueza Laura Bruniard.

En la causa hay ocho efectivos investigados, pero ninguno está detenido pese a que la noche de la desaparición hubo movimientos inusuales de patrulleros en la zona y adulteración de registros.