Ximena Rosales es la mujer que luego de ser increpada en la calle y escrachada en las redes acusada de abandonar a una perra, vive un verdadero calvario. Desde que se difundió la grabación sufre reiteradas amenazas y hay personas que llegaron hasta desearle la muerte, según publicó el diario La Gaceta, de Tucumán.
La mascota en cuestión se llama Linda y vive con Ximena y su familia desde hace al menos tres años, después de que fuera recuperada de la calle.
“Vive con nosotros desde hace un montón”, aseguró la docente de Música y emprendedora en el rubro de comida natural. “A pesar de ser de origen callejero, una noche de lluvia Linda terminó quedándose a vivir con nosotros en la casa que teníamos en City Bell. Hace muy poco, cuando volvimos a La Plata, se vino con nosotros, pero conserva ese espíritu inquieto y juguetón y cada vez que puede trata de irse hacia la plaza que está acá nomás”, explicó la mujer, en una nota publicada en Minutouno.com .
En esas corridas de la perra hacia la plaza, un sábado, el auto en el que viajaba Ximena junto con su esposo y su hija fue encerrado por una camioneta, de la que se bajó un conductor enfurecido, que la acusó con vehemencia de supuesto “maltrato y abandono” de Linda, que en realidad venía acompañando al trote el coche de sus dueños, según publicó el diario platense El Día.
Mientras se formaba una larga hilera de autos, el hombre exigió que la perra fuera subida al auto y regresada a su hogar, al tiempo que les advirtió que los seguiría hasta la puerta de su casa.
Después de la publicación en las redes sociales, el video se volvió viral y se multiplicaron los mensajes que condenaban a Ximena, que además sufrió la difusión de sus datos personales y laborales.
“Tuve que cerrar mis cuentas, incluyendo la de mi emprendimiento de comida vegana, con lo que perdí uno de mis ingresos”, señaló la mujer. “Dos horas después de que difundieran el video tenía alguien sacando fotos en la puerta; después, a la madrugada, pasaron gritando insultos y amenazas; una pesadilla”.
Después de dos noches de terror e insomnio, de recibir fotos acompañadas por mensajes intimidatorios, y de que éstas alcanzaran a otros miembros de su familia, la vecina recurrió a la Justicia para radicar una denuncia por calumnias e injurias.