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Un camión de amor y tintas

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Un camión de amor y tintas
Pichi Ramírez, junto a Luis Benítez entregando la ayuda a niños de una de las escuelas

Un grupo de tatuadores busca donaciones para llevar a nueve escuelas de parajes en el Chaco Salteño. El año pasado, junto a otro equipo, generó el primer encuentro entre instituciones de parajes cercanos

Pichi Ramírez, junto a Luis Benítez entregando la ayuda a niños de una de las escuelas

Un día Luis Benítez, un tatuador de Noetinger, llamó a su colega Pichi Ramírez, reconocido tintero local, casi desvelado por cumplir el sueño de ayudar a una escuelita en el Impenetrable Chaqueño.

“Tenemos muchos conocidos y clientes que nos podían dar una mano, entonces decidimos encarar la campaña”, comentó Pichi.

Y esa ayuda se hizo efectiva cuando aparecieron amigos, gente que alguna vez pasó por los locales de los artistas a grabar su piel, maestras y hasta un bombero. Todos cautivados por la causa.

En mayo de 2016 concretaron la primera cruzada solidaria y ahora van por más. Viajarán en junio y esperan recolectar, sobre todo, alimentos, útiles escolares y herramientas manuales, ya que las eléctricas o a combustible no podrían ser usadas por los escasos servicios y recursos de la zona.

Toda ayuda de la comunidad villamariense y de región es bienvenida y se recibe en el local 27 del Paseo de la Villa.

 

Segunda corazonada

El viaje que emprenderán en junio de este año será el segundo hacia el paraje El Quinto, en el Chaco Salteño. Una de las escuelas de esa zona es la Don Dalmacio Palomo, a la que inicialmente esperaban ayudar con la primera campaña.

“Por medio de un tatuador del Chaco conseguimos el número de la maestra jardinera, Sandra. Nos pusimos en contacto con ella y se emocionó porque, imaginate, de gente que no conoce, de dos pueblos como Noetinger y Villa María, que surja darle una mano”, relató Pichi.

Un grupo de motos solía realizar una movida similar, aunque, según comentó la gente del lugar, lo hacía muy esporádicamente, por lo que el camión que partió desde Villa María se convirtió en la principal ayuda para los compatriotas de aquellas tierras.

“Cuando le dijimos a Sandra que la movida se había hecho muy grande, le pareció que iba a ser mucho para la escuelita de ella, adonde van unos 30 chicos, así que empezó a contactar a maestros de la zona y ahora son entre seis y nueve las escuelas a las que estamos ayudando”, aseguró el artista local.

La llegada de aquel camión (perteneciente a la flota de Pablo Guevara, otro ciudadano solidario) fue esperada por los directivos de todas las escuelitas rurales, por lo que la carga se dividió, pero no la emoción, que se vio ampliada al ver que “los cordobeses” llegaban también con banderas argentinas para reponer, pupitres y ganas de compartir momentos con los niños.

“Se generó una movida hermosa, las maestras nos contaban que era la primera vez que se juntaban todos los niños de la zona en un mismo paraje”, narró Pichi.

Del 21 al 24 de junio repetirán la experiencia y, más cerca de la fecha, realizarán una pollada para hacer frente a los gastos de combustible, ya que para llegar al lugar se necesitan unos 600 litros de gasoil para el camión de cuyo flete y chofer se hará cargo otro colaborador.

Entre quebrachos y una pavita arriba de la leña, se volverán a ver los brazos con tribales y calaveras abrazando a un niño argentino.