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Un celebrado tributo a Cerati

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Un celebrado tributo a Cerati
El cuarteto de músicos rosarinos convocó a instrumentistas y coreutas locales en distintos pasajes
El cuarteto de músicos rosarinos convocó a instrumentistas y coreutas locales en distintos pasajes
El cuarteto de músicos rosarinos convocó a instrumentistas y coreutas locales en distintos pasajes

Participaron el Ensamble y el Coro Nonino de la UNVM

Siempre que se aborda la vasta obra musical de Gustavo Cerati, tanto en su etapa grupal como solista, se reconfirma el lugar más que merecido que ha ganado en el olimpo de la música popular argentina.

A la vez, se lo redefine como un verdadero esteta, es decir, como aquel hacedor que “cuida en grado sumo la belleza formal en una obra de arte”.

El sábado por la noche, y ante un Teatro Verdi repleto, se montó el espectáculo “Música para volar”, presentado como un homenaje sinfónico al legado ceratiano.

Un elenco rosarino, encabezado por el vocalista y baterista José Matteucci junto a Alexis Thompson en guitarras, Julieta Sciasci en bajo y Bruno Moreno en teclados, exploró un amplio repertorio que buceó por las diversas épocas y estéticas que expandiera en su carrera quien fuera líder y compositor de Soda Stereo. Precisamente, el germen de la puesta alude a la recreación del disco unplugged que grabara en vivo la súper banda en los años 90 para la cadena MTV, denominado “Confort y música para volar”. De tal producción rescataron las versiones acústicas de “Un misil en mi placard” y “Entre caníbales”, entre otras. Para dar marco orquestal e integral al asunto, el elenco convocó -como hace en cada lugar donde se presenta- a dos cuerpos locales: el Ensamble Instrumental de la UNVM (dirigido por Luis Nani) y el Coro Nonino de la misma universidad (a cargo de Cristina Gallo).

Tras la introducción con todos los participantes plasmando “Hombre al agua”, el escenario se fue despojando de a poco para dar prioridad a ciertos instrumentistas en diferentes pasajes, como la violinista Luisina Broggi y el chelista Jorge Ramos en la tristemente bella “Té para tres”, el saxofonista Gabriel Ríos en “Zoom” o el trombonista Alejandro Artacho en “Lo que sangra (la cúpula)”.

El Ensamble a pleno interpretó “Ella usó mi cabeza como un revólver” y “Cosas imposibles” (una interesante simbiosis de texturas electrónicas con cuerdas), mientras que, sumado al Nonino, refrendó “Fuerza natural” (del último álbum homónimo), “Cactus”, la celebrada “Zona de promesas” y, para el bis, “Paseo inmoral”. Para coronar la atmósfera conmemorativa, el show también contó con una iluminación atinada e imágenes alusivas en pantalla.

 Juan Ramón Seia