
Mañana se conmemora el Día Nacional del Perro, en honor a la historia de Chonino, que murió mientras defendía a su dueño. Una jornada especial para reforzar la unión con el “amigo del hombre”
Desde hace tres décadas en la Argentina se celebra el Día Nacional del Perro el 2 de junio de cada año, por lo que mañana tendremos que prepararnos y hacerles un regalo a nuestras mascotas o a los perros callejeros, que siempre necesitan una mano.
Este día tan especial se celebra en el país en honor a Chonino, un ovejero alemán nacido en 1975 y que en diciembre de 1977 ingresó a la fuerza de la Policía Federal.
Chonino y otro perro acompañaban en la realización de sus tareas a dos agentes en la noche del 2 de junio de 1983.
En aquella ocasión, mientras recorrían las inmediaciones de la avenida General Paz, en Capital Federal, los policías observaron a dos sospechosos, a quienes les exigieron su documentación. Estos se negaron y comenzó un tiroteo.
Uno de los policías, el amo de Chonino, resultó herido, y en ese momento, impulsado por la ira de ver lastimado a su dueño, Chonino se abalanzó contra el agresor, provocando la intervención del otro delincuente, quien le disparó al perro hiriéndolo de muerte.
Chonino tenía en su boca un trozo de bolsillo en el que estaban los documentos de los asaltantes, por lo cual pudieron identificar a los ladrones, a quienes capturó cinco días después la Policía Bonaerense.
Los restos de Chonino descansan en el Círculo de la Policía Federal Argentina y para recordarlo, en el interior del predio de la Policía Montada, existe una estatua de bronce.
En su honor nació entonces un día para celebrar al perro, ese animal tan querido en la Argentina, país que registra uno de los índices con más caninos per cápita en el mundo.
Ese amigo del alma
No hay registros del nacimiento de los perros. Se dice que acompañan al ser humano hace 10 mil años y que por esa compañía tan añeja, es uno de los animales más comprendidos, aunque tal vez alguien nunca pueda comprenderlos.
El perro fue probablemente el primer animal en ser domesticado y algunos científicos afirman que todos, tanto los domésticos como los salvajes, tienen un antepasado común en el pequeño lobo del sudeste asiático.
Claro que hoy nada es igual a los inicios. Los hombres han cruzado cientos de razas de perros domésticos, algunas de las cuales jamás podrían sobrevivir en libertad.
Más allá de esa enorme diversidad de razas, formas y tamaños, todos los perros domésticos, ya sean labradores o caniches, son miembros de la misma especie: Canis familiaris. Y aunque su forma de vida sea doméstica, están emparentados con los lobos, los zorros y los chacales, según informaron los espacialistas a Nathional Geographic.
Los perros domésticos aún comparten muchos patrones de conducta con sus parientes salvajes. Tanto unos como otros defienden sus territorios y los marcan orinando en árboles, piedras, vallas y otros lugares apropiados. Estas señales informan a otros perros que ese territorio está ocupado por otro animal.
Muchos perros también entierran huesos o sus juguetes favoritos con la intención de guardarlos para el futuro, del mismo modo que sus parientes salvajes a veces entierran sus presas muertas para asegurarse un banquete más adelante.
Los perros se comunican entre sí de distintas maneras. Una de ellas es dejar rastros de olor, otra es los gestos físicos. La postura corporal, el modo de moverse y la expresión de la cara a menudo expresan mensajes directos.
Muchas de estas señales son reconocibles incluso para los humanos, que sabemos que un perro está contento cuando mueve la cola alegremente o que está enfadado o se siente amenazado cuando enseña los dientes.
Vocalmente, los perros se comunican mediante una cacofonía de sonidos que incluye ladridos, gruñidos y aullidos.
Pero los perros domésticos no sólo sirven de compañía, muchos también se ganan el sustento trabajando duro. Los perros cuidan rebaños, ayudan a los cazadores, guardan viviendas y realizan tareas policiales y de rescate.
En ese aspecto, desde décadas sirven de guía para los no videntes, salvan vidas, te alegran el corazón y te acompañan, en las buenas y en las malas. Un conmovedor símbolo del antiguo papel del perro como el mejor amigo del hombre.