El Instituto Gómez Benítez brindó la noche del martes último una jornada de capacitación sobre “Translucencia nucal aumentada y Cariotipo normal”, dictada por el especialista Roberto Benítez, con la dirección médica de Luis Pérez Seggiaro.
La charla estaba dirigida a los médicos ginecólogos, obstetras y generalistas de Villa María. Y todo transcurría como de costumbre en este tipo de encuentros dirigidos a profesionales que se capacitan de manera permanente, que intentan estar al corriente de cada uno de los avances científicos y técnicos para apoyar el desempeño de su profesión. Pero cuando parecía que todo estaba a punto de concluir, los organizadores de la jornada iniciaron un emotivo homenaje que tomó por sorpresa a Pérez Seggiaro.
Para reconocer su trayectoria y dedicación, se proyectó un video que recogió testimonios de sus colegas y pacientes.
Una vez finalizada la proyección se le entregaron obsequios a la manera de recuerdo.
Seguidamente tomó la palabra su colega médico Gustavo Rodríguez, quien le informó que la Sala de Parto del Sanatorio Cruz Azul, donde se desempeñó durante décadas, llevará el nombre de “Dr. Luis Pérez Seggiaro”, también a modo de homenaje.
Visiblemente emocionado, Pérez Seggiaro agradeció y pasó a compartir el momento con los colegas y sus familiares, quienes habían sido especialmente invitados.
El martes 4 de este mes, nuestro suplemento Tiempo de Salud publicó la noticia de la jubilación del doctor Pérez Seggiaro, a partir de una carta que dio a conocer a través de las redes sociales.
Ese mensaje escrito por el conocido ginecólogo decía: “Por este medio quiero comunicar oficialmente, a todos los amigos y amigas, que después de ejercer por 47 años la profesión de médico llegó el momento de mi jubilación.
Doy gracias a Dios por la oportunidad que me dio de estudiar y llegar a ser médico, y por haberme acompañado a través de tantos años en el ejercicio de la profesión.
Quiero agradecer a mis colegas que me acompañaron, a las enfermeras que me ayudaron, a todo el personal de la salud que hizo posible la tarea diaria, y sobre todo a los pacientes que confiaron en mí para que los acompañara en sus alegrías y en sus sufrimientos.
A todos muchas gracias.
Nos seguiremos viendo, tal vez por las calles de la ciudad o en distintos espacios, pero no ya con el guardapolvo blanco.
Gracias también a todos los que me saludaron por esta decisión que tomé y por este momento de mi vida en que comienza una nueva etapa.
¡Muchas gracias!
Puedo decir, como lo que expresó el apóstol Pablo en la Biblia: ‘Soy lo que soy porque Dios ha sido bueno conmigo’.
Un abrazo para todos”.
Ahora, pocos días después, Pérez Seggiaro cosecha un nuevo reconocimiento que suma a los muchos que recibió a lo largo de su carrera, fundamentalmente por el humanismo con el que ejerció su labor profesional.