Los niños que asisten al espacio que conduce Marisa Sánchez realizaron un trabajo artístico en la entrada del comedor como parte de uno de los talleres de contención que se impulsan para sacarlos de la calle
Cuando Marisa Sánchez decidió convocar a voluntarios que quisieran dictar talleres de todo tipo para los 80 niños que asisten al comedor Caritas Felices de barrio La Calera, el único objetivo que buscaba era que los chicos tuvieran alternativas para decidir pasar menos tiempo en la calle y más haciendo otro tipo de actividades.
Días atrás, con enorme orgullo, desde el comedor anunciaron que quedó culminado el mural que se pintó en la entrada del espacio como parte del taller de arte. “Estoy muy contenta porque esto significa que estamos logrando lo que nos planteamos, que es que los chicos pasen más tiempo haciendo cosas productivas y no en la calle, así que este mural para nosotros significa muchas cosas”, enfatizó Marisa.
“Ivana y Marina son las dos profesores de la Escuela de Bellas Artes que vienen todos los sábados, y los chicos se sumaron y se entusiasmaron mucho”, destacó.
Según contó, la idea ahora es seguir haciendo trabajos como éste en otras paredes del comedor y hay un proyecto en el que se plantean recorrer el barrio para hablar con los vecinos y que ellos ofrezcan paredes donde puedan hacerse otros murales”.
“A mí que los chicos estén en la calle me preocupa un montón, y se va logrando de a poquito. Ahora logramos sumar un día más al apoyo escolar que les ofrecíamos sólo los miércoles porque sumamos también el viernes”, resaltó Marisa.
Cabe destacar que en el comedor también se les ofrece a los niños un taller de batucada y otro de baile. “Todo sirve para tenerlos acá”, mencionó, y adelantó que, así como han logrado captar la atención de los niños, ahora apunta a los padres. “Los viernes empezamos con un taller de gimnasia para señoras, para ver si las mamás se suman también a trabajar con los chicos, porque por ahí los padres no acompañan mucho a sus hijos y los dejan solos en el comedor”.