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Un país apasionado por contenidos felinos

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Un país apasionado por contenidos felinos

El auge de los gatos en Japón es tan grande que se venden más libros sobre ellos que de deportes, religión y de sake. Se calcula que 10 millones de gatos tienen dueño, mientras crecen las páginas y muros en redes sociales

¿Qué contenidos de gatos gustan en todo el mundo? Nos viene a la cabeza, por ejemplo, la serie de dibujos animados “Tom y Jerry” o “Jennie”, una novela fantástica publicada en 1950 por el escritor Paul Gallico y traducida en varios idiomas.

El gato es uno de los animales con los que el hombre está más familiarizado; el estilo de vida egoísta y el carácter fascinante de estos animales tienen, al parecer, una gran capacidad de estimulación de la creatividad, de ahí que los felinos sean un tema recurrente en contenidos de toda clase de géneros en las cuatro esquinas del planeta.

Puede decirse que los japoneses sienten una fascinación particular por todo lo que tiene que ver con estos animales, que, además, se remonta a hace más de mil años.

Los felinos aparecen representados en una importante cantidad de obras históricas, desde los clásicos milenarios hasta la literatura moderna y los dibujos animados actuales, pasando por las xilografías ukiyo-e del período Edo (1603-1868). Las bibliotecas y los museos de arte del país permiten disfrutar de este tipo de contenidos.

Por si esto no fuera suficiente, Japón, un país ya de por sí abundante en contenidos felinos, vive en los últimos años un auge cuyo fin no se vislumbra.

 

El boom

Algunos datos dan cuenta que la cantidad de libros sobre felinos que se encuentran en las bibliotecas públicas de todo el país es enorme.

En las salas de lectura japonesas se guardan casi todos los ejemplares que se hayan sacado al mercado nacional hasta la fecha, de ahí que estas cifras permitan analizar la evolución de la publicación de libros sobre gatos en territorio nipón.

De los números se desprende que desde la década de 1990 se ha venido produciendo un aumento de las publicaciones sobre gatos, con una subida que destaca particularmente desde 2011 hasta nuestros días.

Durante mucho tiempo se editaron más libros sobre perros: éstos tuvieron su época de mayor apogeo en torno a 2005. Tres años más tarde, los ejemplares sobre gatos superaban a los de perros. En la actualidad, sobresalen los de gatos con notable diferencia.

A la hora de recabar estos datos se realizaron también búsquedas con otras palabras clave. Por ejemplo, en los últimos 10 años se han publicado cerca de 3.800 libros relacionados con el budismo, la misma cifra que para el sake u otras bebidas alcohólicas; 3.400 trataban de béisbol, 2.100 de fútbol y 5.400 de gatos. En definitiva, los japoneses sienten un mayor interés por los gatos que por la religión, los deportes o el alcohol.

 

Familiares

Uno de los factores determinantes del auge es la familiaridad de los japoneses con estos animales. La sociedad nipona se enfrenta a un gran problema de descenso de natalidad que viene complementado por una tendencia a la nuclearización familiar; cada vez son menos las familias que conviven bajo el mismo techo. Y en el caso de quienes tienen un gato por mascota, a éste se lo valora más y se lo llega a considerar uno más de la familia.

Según datos del Ministerio del Interior y de Comunicaciones de Japón, el número de niños -quienes tienen menos de 15 años- lleva cayendo en el país 36 años consecutivos. En abril de 2017, el dato ascendía 15.710.000, una cifra sumamente inferior si se la compara con la de 1954, año de la mayor cantidad: 29.880.000 niños.

Por otra parte, en lo que respecta al número de gatos que son mascotas en Japón se estima que desde 2011 se sitúa en torno a los 10 millones.

 

Más argumentos

La migración de las zonas rurales a las urbanas y el envejecimiento de la población son fenómenos por los que también destaca Japón. En los edificios de viviendas de las ciudades puede resultar difícil tener un perro, un animal que, además, podría considerarse poco adecuado para las personas mayores, ya que es necesario sacarlo a pasear con regularidad. Los gatos, sin embargo, viven fácilmente en un piso y no generan tantos gastos ni requieren de tantas atenciones, de ahí que se consideren una mascota más idónea para los ancianos.

Con este trasfondo, el número de canes sigue disminuyendo en el seno de la sociedad japonesa y, por lo tanto, también se reduce la conciencia respecto a estos animales. En el primer gráfico de este artículo veíamos una caída en el número de publicaciones, un dato que puede interpretarse también como un reflejo de esta tendencia.

 

Por las redes

Las redes sociales se han convertido en otro de los factores condicionantes del auge de los gatos y las fotografías de felinos, una herramienta de comunicación en ellas.

En Instagram, Facebook y Twitter se puede ver una gran cantidad de vídeos y de instantáneas de estos animales; los usuarios suelen hacer clic en el botón de “Me gusta” casi al momento. Si nos paramos a pensar en ello, cuando las redes sociales no eran algo tan normal y corriente como ahora, no teníamos la oportunidad de ver tantas imágenes de gatos a diario.

Recientemente, han surgido redes sociales específicas para contenidos sobre perros y gatos que cada vez cuentan con más aficionados. Por ejemplo, la aplicación Dokonoko permite subir fotografías de estas mascotas -hace las veces de álbum fotográfico-, ver y comentar las de otros usuarios… Es una herramienta sumamente simple de usar.

Uno de los aspectos más interesantes del auge actual de los contenidos gatunos es que los usuarios se convierten tanto en creadores como en público.

En Dokonoko tienen cabida también los perros, de los que se publican muchas fotografías, si bien recientemente están proliferando las redes sociales exclusivamente dedicadas a los felinos.

En definitiva, los atributos que ya tienen de por sí los gatos les han servido para hacerse con un puesto privilegiado en las redes sociales y éstas, a su vez, han contribuido a la difusión de esos atractivos y al aumento de los amantes de los felinos.