Para muchas familias un perro es más que un animal. Es un miembro más. Sin embargo, un juez canadiense argumentó que, pese a que es consciente del amor y el afán de humanizar a las mascotas por parte de millones de personas, “ante la ley no tienen derechos familiares”.
“Los perros son criaturas maravillosas”, escribió el juez Richard Danyliuk en la primera frase de su decisión de 15 páginas, dictada en agosto, sobre un juicio de divorcio en el que una pareja pedía la tenencia de sus dos perros (Kenia y Willow).
“Muchos perros son tratados como miembros de la familia con la que viven. Pero, después de todo, un perro es un perro. Una propiedad ante la ley, un animal domesticado que pertenece a una persona. Ante la ley no tiene derechos familiares”, escribió.
La esposa quería quedarse con las mascotas y le ofreció a su esposo los derechos de visita. Pero el juez Danyliuk lo rechazó y señaló las varias formas en que un perro es diferente a un descendiente familiar.
Danyliuk sostuvo que los perros son propiedad y no la familia, así que sería absurdo para él tomar una decisión sobre los derechos de visita. El juez comparó el afán de querer tener la custodia de una perro como la de un cuchillo de mantequilla.
“¿Debo hacer una orden de que una de las partes tenga la posesión, por ejemplo, de los cuchillos de mantequilla de la familia, pero, debido a un profundo apego a la mantequilla y los cuchillos, la otra parte debe tener acceso limitado a esos cuchillos durante 1,5 hora por semana?”, cuestionó.
Sin embargo, Danyliuk afirma que los perros no son como otras posesiones, ya que cuentan con “la protección legal para los animales domésticos que evitan que sean tratados con crueldad o negligencia”.
El 95% de los dueños de perros y gatos en Estados Unidos considera a su mascota como parte de la familia y ello se ve trasladado a las batallas legales en caso de divorcios. La custodia de las mascotas se han vuelto algo común.