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Un perro policía intervino en el momento justo en una gresca

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Un perro policía intervino en el momento justo en una gresca
El efectivo Franco Olivera y Saro parecen chocar los cinco después de la tarea finalizada. Es una foto de archivo de EL DIARIO, cuando el can fue nota central en nuestro suplemento Entre Perros y Gatos

Tío Pujio – Un detenido por “resistencia a la autoridad y amenazas calificadas”

Tres personas estaban envueltas en una airada discusión en las apacibles calles de Tío Pujio. Una de ellas empuñaba un cuchillo. Todo hacía pensar en un final sangriento… Pero llegó un móvil policial, con un integrante con cuya astucia no contaba el irascible sujeto

El reloj marcaba exactamente las 3 de ayer, cuando un vecino de Tío Pujio decidió marcar el 100 del Comando de Acción Preventiva (CAP), para dar cuenta de una discusión muy subida de tono entre tres personas que se hallaban en la vía pública.

Concretamente, la voz anónima dio cuenta de que el hecho en cuestión acontecía en proximidades de la esquina formada por las calles San Lorenzo y Juan Manuel de Rosas.

Hacia allí fue comisionado el cabo que se hallaba de guardia, Franco Olivera, quien cumple su tarea en compañía de Saro, el consagrado perro con el que cuenta la Unidad Departamental San Martín de la Policía de la Provincia de Córdoba (el efectivo se desempeñaba en la Patrulla Rural de la fuerza y al ser trasladado a la comisaría de Tío Pujio lo fue con el animal, del cual era instructor desde el primer momento).

Lo cierto es que al llegar a la mencionada esquina se encontraron con la escena descripta por la voz en el teléfono, pero además con uno de los protagonistas del incidente absolutamente salido de sus cabales, blandiendo un cuchillo en dirección de los otros dos individuos presentes en el lugar.

Olivera impartió rápidamente la voz de “alto” para que el “cuchillero” depusiera su actitud, a lo que éste hizo caso omiso. Inclusive llegó a hacer algún gesto como para dar la idea de que estaba dispuesto a cargar también en contra de la autoridad. El policía comenzó a acercarse cautelosamente al peligroso sujeto, que lo seguía con su mirada. Lo que no pudo ver es que “por la retaguardia” el can se abalanzaría sobre él y lo tomaría por el brazo para hacerle soltar el arma blanca que tenía en su poder.

El hombre pudo ser detenido y, ya en dependencias de la Policía, identificado. Si bien no trascendió información oficial al respecto, este medio pudo establecer a través de vecinos que se trataría de Ismael Romero, un ciudadano correntino de poco más de 40 años, aunque domiciliado en la calle José Luis Cabezas al 400 de la misma localidad.

El tal Romero fue puesto a disposición de la Justicia en el marco caratulado como “presunto autor de desobediencia a la autoridad, resistencia a la autoridad y amenazas calificadas”. En el caso interviene la Fiscalía de Feria a cargo de la doctora Alcalá.

El perro

Saro tiene 5 años y medio. Hace dos, fue nota de tapa de nuestro suplemento Entre Perros y Gatos, dado que se destaca en muchos aspectos y es considerado uno de los mejores canes de la Policía, no sólo en la provincia, sino en el país.

Es un ovejero alemán que pesa 35 kilos y pertenece a la fuerza, pero sigue las instrucciones de su guía y mejor amigo, el cabo Olivera.

“El cariño y el respeto entre el efectivo policial y el perro son enormes y tiene explicación, porque el can estuvo con Olivera desde el nacimiento. Es su armadura, su apoyo y su amigo fiel”, escribíamos entonces.

El oficial principal Mauricio Sabena, jefe de la Patrulla Rural, contó que “Saro es hijo de dos perros policías: Facundo, que ya está dado de baja y vive en un campo, y Alma, que todavía ‘presta servicio’ y es muy importante para nosotros”.

“Franco y Saro se entienden a la perfección. El guía le da instrucciones y el perro cumple: se sube a la chata y no se baja hasta el aviso; salta hacia el lugar que le indica, se pone en defensa y hasta ladra cuando la situación lo amerita”, explicaba el oficial.

Y en la madrugada de ayer, en Tío Pujio, quedó demostrada la verdad que encerraban sus palabras. El equipo Olivera-Sano funcionó a la perfección.