Parte del recital que la banda dio en 1992 se registró en un material inédito. Fue subido a YouTube y pudo ser visto por miles de fanáticos. Era la primera vez que la banda del Indio se presentaba en la ciudad
“Yo no soñeeeeee….”, canta el Indio Solari, mientras la marea de gente se abalanza frente al escenario, se revolean las remeras y el ambiente es tan furioso como mágico.
Es una imagen historia y repetida en los shows de la mítica banda “Patricio Rey y los Redonditos de Ricota”. Una imagen que se replicó en los últimos días por todo el país, gracias a un vídeo que se filmó en Villa María y que ya tuvo miles de visitas en las redes sociales y en YouTube.
Se trata de una parte del recital que los Redonditos brindaron en la ya desaparecida disco Flop, sobre calle Buenos Aires, en la primera de las tres presentaciones que tuvo en la ciudad quizás la banda más popular en la historia del rock argentino.
La fecha es recordada para muchos de los que se precien “privilegiados” de aquel recital casi íntimo: Fue el viernes 25 de septiembre de 1992, cuando la ciudad empezaba a sumar fans de la banda, un año después del lanzamiento del quinto disco, “La Mosca y la Sopa”, y pocos meses antes que saliera a la calle la sexta placa, “Lobo Suelto/Cordero atado” (1993).
En definitiva, era un momento musicalmente formidable de los “Redondos”. Y Flop, que por entonces se mostraba como una encumbrada disco para disfrutar los viernes y sábado, abrió sus puertas para este recital que quedó inmortalizado, ahora en cada rincón del país, gracias a un vídeo que sale a la luz después de 24 años.
Precisamente, desde muchas partes del territorio argentino vinieron a la ciudad para ese primer recital, aunque el show aglutinó poco más de 1.500 personas.
Frente a Flop se encontraba Kimao, uno de los cafés más visitados. Y Daniel Sánchez, que oficiaba de mozo en el lugar, recordó el momento: “Se habló en la previa que esa noche se iba a llenar de quilomberos, de sucios, y que la banda tenía problemas en todos lados donde tocaba, entonces en Kimao se contrató a gente de seguridad, por primera y única vez, pero no pasó nada”.
“Me acuerdo que la gente llegó temprano, había mucho movimiento y tuvieron que cortar la calle, sí, a media cuadra de la plaza Centenario”, agregó.
La competencia
Flop se encontraba donde hoy existe una mueblería, en calle Buenos Aires, antes de llegar a 9 de Julio. Era una disco manejada por Hugo Chilier, “Manito” De Paoli y el “Pájaro” Giraudo, todos oriundos de San Lorenzo (provincia de Santa Fe), desde donde vino la relación con un empresario rosarino que hizo el contacto con las bandas de rock.
Por entonces la competencia con Fancy, que se centraba en la calle San Martín (donde ahora funciona una sala de juegos) jerarquizaba las noches de diversión en pleno centro de la ciudad. Y la búsqueda de bandas de rock se hizo frecuente. De hecho, antes de Patricio Rey y los Redonditos de Ricota, en Flop estuvo Fito Páez, y de vez en cuando llegaban invitados para engalanar la noche, a tal punto que se recuerda la vez que una joven Araceli González cautivó con su belleza, vestida de traje y con el pelo bien cortito.
En la noche “ricotera”, EL DIARIO dio cuenta, por ejemplo, de las opciones que existían en espacio de dos cuadras, a tal punto que mientras se anunciaban a los Redondos en Flop, Fancy presentaba a Los Cieguitos Voladores y a la banda local del momento, Modo Indigo.
El caso es que pocos contaban con la cantidad de gente que se “descolgó” desde afuera, con cientos de ricoteros que llegaron en colectivos o en tren para saciar la sed que tenían, en su mayoría, por haberse quedado sin poder entrar en el recital previo, en Rosario.
El recital
Parte de la crónica de EL DIARIO posterior al espectáculo detalló lo siguiente:
“Los Redonditos se cantaron todo en un show que comenzó temprano, tipio 1.45 ó 2 de la madrugada.
Interpretaron temas por demás conocidos y que fueron acompañados en todo momento por los saltos y coros de fanáticos.
El sonido fue bueno y empleado con una potencia que no fue la máxima.
Para la crítica sólo cabe en lo referente al show el recuerdo de un constante acople del sonido del micrófono que se mantuvo a intervalos durante todo el recital.
Los músicos se lucieron y el Indio Solari no perdió nada de su magnetismo habitual, con la misma voz que el disco sonó en vivo y cautivó una vez más a todos.
Temas como ‘Un poco de amor francés’, ‘El pibe de los astilleros’ y ‘Mi perro dinamita’ fueron de los más esperados, y los que más festejaron los presentes”.
El vídeo
Filmar hoy un recital es muy sencillo. A pesar que desde la mayoría de los organizadores se le pide al público, previo al show, que no se utilicen cámaras, la tecnología de los celulares superó cualquier control. Entonces lo que asoma como un espectáculo íntimo puede viralizarse en el instante. Alguien filma, graba, lo sube a la red y desde allí todo explota.
En 1992 el futuro no había llegado “hace rato”, como canta el Indio. Encima, los Redondos eran reacios a cualquier vinculación con los medios. Ni tele, ni radio, ni diario, ni nada.
En ese contexto se torna más importante la grabación en Flop, con un vídeo en calidad del VHS (lejos de la nitidez que otorgan hoy los celulares en HD), que debió tener un trabajo para finalmente llevarlo a la red y que, según testigos, fue filmado por el hijo del “Pájaro” Giraudo.
Curiosamente, las primeras letras del tema más visto, “Jijijji”, hablan del “film velado en blanca noche” y que el “montaje final es muy curioso”.
El pogo del público, con las luces de Flop movedizas, acompañan semejante “himno” del rock argentino, mientras el Indio se contornea y recibe un trapo que le tiran desde “la pista”, y Skay Beilison, con melena prominente, puntea una guitarra encendida.
En más de 13 minutos de filmación, se pueden ver también cuando cantaron “Rock para los dientes” y “Nadie es perfecto”, completando un combo especial para el baúl de los recuerdos.
Ese fue el puntapié inicial de un idilio fundamental entre la banda y Villa María. Y así se reflejó en 1997, cuando el grupo tocó en el Anfiteatro, a donde volvió un año después, el día que un grupo de fans se peleó con la Policía y puso en riesgo el espectáculo, que finalmente se realizó, a puertas abiertas y con un “Anfi” totalmente saturado.