Hoy a las 22 se brindará la segunda función a cargo del Elenco de Teatro Independiente
Primero, vale remarcar que el Elenco de Teatro Independiente (ETI), se ha embarcado ya en su segunda propuesta escénica en lo que va del año (tras “Algo en común”), y en pocos meses irá por la tercera, con otro plantel, en “Bodas de sangre”, su nueva incursión clásica y lorquiana.
En “Ego sum qui sum (en latín, soy el que soy)”, el director Walter Stäuble ahonda en un subgénero complejo y difícil de abordar: la comedia negra con visos absurdos, dramáticos y, en este caso, fantasiosos. El criterioso trabajo de composición de personajes exige saber cómo dosificar tales matices para lograr armónicamente ciertos momentos de impacto y carcajadas y en ocasiones, reflexión e identificación afectiva con la trama.
Sobre la obra escrita por el chileno Carlos Muñoz Salas (quien viajó especialmente para ver la obra), Stäuble armó un destacado y nuevo elenco de actrices (diversas en sus perfiles artísticos y con relativa experiencia), que supera las expectativas del espectador. La trama, que remite en parte a la afamada “Toc toc”, pone en juego a cinco mujeres en una clínica (o neuropsiquiátrico), a la espera del médico, que nunca llega. El encuentro, ya habitual, permite exprimir sus respectivos devaneos irracionales y conflictuar aún más la tensa relación entre ellas. El narcicismo, la obsesión por la higiene, la supuesta frigidez, la amnesia producto de entornos hostiles y perversos y el extravío de la realidad, son tamizados por un humor exquisito, diálogos ocurrentes, citas eruditas y un final inesperado por su giro inverosímil.
Actúan: Fernanda Acosta, Agustina Salgado, Adriana Molinero (quien se destaca por sus gags coloquiales), Mónica Bavarisco (en un doble papel de madre castradora y perversa para ilustrar el pasado psiconanalítico de dos de las mujeres presentes), Vanina Le Roux (quien sorprende con su personaje de “superhéroe”), e Ivanna Bruera (quien por momentos capitaliza toda la intensidad de la obra).
Juan Ramón Seia