“¿Cómo poder expresar tanto en pocas líneas?”, tituló su texto Nancy, al recordar a su difunto marido, expresidente del club, quien falleció durante los festejos del título del Apertura y dejó una huella para conquistar el Clausura. Aquí la carta completa
Escribe Nancy Roldán de Aveldaño
Imposible. Sí, es realmente imposible expresar con pocas palabras el infinito agradecimiento a tantas demostraciones de afecto recibidas después de tu partida. La familia y los amigos siempre estuvieron y estarán, son incondicionales. Pero gracias a vos y a tu pasión por este deporte podemos contar también con otra familia más, la familia del “Rojo”. Ellos también nos demostraron con palabras y hechos que te querían, que apreciaban tu esfuerzo por seguir adelante con tu sueño. Porque vos soñabas con la copa, con una ruidosa hinchada, con la tribuna llena de gente, con el CAHY famoso por sus logros. Te aseguro que si estuvieras acá en la tierra volvería a explotar tu corazón de emoción. ¡Son tantas y tan lindas las cosas que dicen de vos, tanto reconocimiento y honores!
Voy a repetir hasta el cansancio mil gracias a todos. Gracias a Germán y a todo su equipo por tanto trabajo, gracias Oscar, gracias padre Alberto por estar siempre, gracias a la Comisión Directiva (en especial a esos pocos que domingo a domingo corrían -Roberto y Cía.- antes con “mi gordito” y ahora sin él, para que todo estuviera a punto); por invitarnos a la entrega de la copa en el campeonato anterior, e infinitas gracias Lucas por tan generoso gesto, de hacer que bajara con mis hijas desde la tribuna, para recibir la nueva copa. Agradezco en tu nombre, Ale (para mí), “Pomelo” (para todos), al resto de las instituciones, empresas, comercios y a cada uno de los particulares que colaboraron para que este resultado fuera posible. Estos bicampeones son más que merecedores de este doble premio, porque también es doble el esfuerzo y sacrificio de todos los mencionados para llegar hasta acá.
Pocos saben de los terribles dolores de cabeza cuando se quieren hacer cosas y no hay un centavo. Porque con dinero es todo más fácil. Pero cuando no lo hay, cuando dependés de la venta de una rifa o de unos cientos de choripanes para poder solventar un campeonato, ahí sí entendés las lágrimas y el llanto de todos los que participaron de este sueño.
El sueño de un Yrigoyen campeón 2015 está cumplido, mi amor, y por partida doble. Te quedaron metas sin alcanzar: el piso nuevo del salón, la ornamentación del patio, las mejoras en la cancha y el predio de la pileta… ¡¡¡eras un soñador!!! Igual estamos orgullosas de vos, por aportar tu granito de arena en este proyecto.
Sólo espero que Dios y vos desde donde estés, ilumines a todos: cuerpo técnico, jugadores, comisión, dirigentes, simpatizantes, colaboradores y autoridades, a que redoblen esfuerzos por continuar por la misma senda. Que entre todos, llevemos más lejos aún nuestro querido “Diablo”. Es arduo el trabajo para alcanzar metas como éstas, y más difícil es aún cuando son apenas un puñado de personas las que trabajan incansablemente para lograrlo. Estoy segura que en nuestro querido pueblo hay muchas personas trabajadoras, yo los invito a acercarse y colaborar para que podamos seguir cumpliendo sueños como éste. En el CAHY hay un potencial humano y futbolístico de excelencia. Aprovechémoslo. Un centenar de niños y jóvenes esperan coronarse algún día, con la casaca del Rojo. Este año fue el turno de la reserva y la primera. ¡Vayamos por más!
No quiero despedirme sin antes agradecer por las muestras de apoyo recibidas, después de la repentina partida de Alejandro. Como dije anteriormente: a mi familia, en especial a mis hijas Virginia y Rocío que son mi razón de vivir, a mis amigos, a todos los que de una u otra manera se relacionaban con él, a todos sus compañeros y amigos de AFUCO, a los medios de comunicación que difundieron con tanto respeto la noticia y que lo siguen mencionando por su labor como presidente del CAHY.
¡¡¡Estaremos eternamente agradecidas!!! Esta experiencia hubiese sido mejor aún con la presencia de Ale, pero Dios así lo dispuso. Este reconocimiento a su corta pero intensa labor en el club nos da fuerzas para seguir transitando este camino de mucho dolor, pero con la certeza que se fue feliz, con una sonrisa en sus labios; sin saber que faltaba algo más: la quinta estrella.