La esquina de Deán Funes y avenida Independencia recibe un intenso tránsito diariamente, tanto de vehículos, motos, como también -y principalmente- de camiones.
Su estado es alarmante por la cantidad y la profundidad de los pozos, pero el deplorable estado del asfalto no es algo nuevo. Es que desde 2012 que este medio viene publicando quejas de vecinos o dueños de comercios cercanos a ese sector de la ciudad; sin embargo, a lo largo de todo este tiempo el panorama no mejoró.
Además, las deformaciones en la carpeta asfáltica, producto de las huellas que deja el tránsito pesado, terminan de transformar a las arterias en un intransitable peligro.
“¿Quejarse? No tiene sentido, hace tanto tiempo que esto está tan mal que ya nos malacostumbramos”, planteó un vecino, que, además, aseguró que “por acá pasan muchos estudiantes, en motos, bicicletas, o porque van a la Universidad o porque van a la ESIL”.
A su vez, indicó que “esta calle (por la Deán Funes) descarga camiones que llegan por la ruta 158 y la ruta 9, así que imagínate el tránsito que tenemos”.