Presunta mala praxis – La madre murió en 2009, la causa fue elevada a juicio recién en 2016, pero… todavía nada
Los tres hermanos Ramonda llegaron ayer a la Redacción de EL DIARIO cargados de sobres con documentación. “Es un caso similar al de la periodista Pérez Volpin, pero nosotros no somos mediáticos, somos de pueblo y se aprovechan de ello”, dijeron. Piden que no se dilate más el proceso y temen que “alguien esté apostando a la prescripción”
Ana María, Roberto y Nelso, los hermanos Ramonda, están dispuestos “a todo”. Ya no se van a callar, aseguran. Quieren que se haga justicia por la muerte de su madre, Antonia Manuela Parra, que ocurrió en 2009 luego de que en una clínica local se le practicara una fibroendoscopía digestiva, lo que derivó en una causa judicial por presunta mala praxis, en la que están involucrados dos médicos del establecimiento.
“Ella siempre estuvo sana. Entró a hacerse ese estudio al Sanatorio Cruz Azul por un malestar estomacal y desmejoró repentinamente… Nadie nos decía nada y la descubrimos en terapia intensiva conectada a varios aparatos. Por unos contactos conseguimos que viniera a verla el doctor Oscar Bauk y otros profesionales que la vieron muy mal nos recomendaron sacarla de allí con urgencia. La llevamos a Córdoba, en el Hospital Italiano le colocaron unos clips para cerrarle la herida que le hicieron porque, además, le dieron comida y la comida se fue por conductos que no tendría que haber ido”, narraron.
Los Ramonda indicaron que “el Comité de Mala Praxis del Poder Judicial concluyó que hubo un accionar negligente de los doctores Horacio José Escurra y Daniel Pérez Rivera, quienes en el procedimiento provocaron una perforación del esófago”.
“Es un caso similar al de la periodista Débora Pérez Volpin, pero nosotros no somos mediáticos, somos de pueblo (la familia es oriunda de San Antonio de Yucat y está radicada “desde siempre” en James Craik) y vemos que se aprovechan de ello”, le dijeron a un periodista de EL DIARIO, para reclamar seguidamente “que no se dilate más el proceso”.
Fue elevada a juicio, pero…
Su temor radica en que “alguien esté apostando a la prescripción” porque “después de ese informe del Comité de Mala Praxis, con nuestro abogado, José Guillermo Romero, de Oliva, conseguimos recién el 24 de febrero de 2016 que la causa fuera elevada a jucio oral y público”.
“El abogado de los médicos, Eduardo Rodríguez (Tati) se opuso a esa decisión, pero el Juzgado de Control confirmó la elevación a juicio, por lo que el tribunal presidido por René Gandarillas convocó a una primera audiencia para el 21 de septiembre de 2017, es decir, el año pasado. A todo esto, habían pasado ocho años de la muerte de nuestra madre, una mujer sana, cuyos siete hermanos, de entre 70 y 90 años, seguían todos vivos porque son sanos y longevos de familia. Ahora, hace cinco meses, falleció el primero sin poder ver que se haga justicia por su hermana. Pero esa audiencia de 2017 se suspendió. Pasaron más de seis meses y no convocaron a una nueva”, narraron.
Sospecha y “prescripción”
Ana María, Roberto y Nelso sospechan que “algo raro o algo turbio está rodeando esta causa” y se preguntaron ante el periodista “a quiénes encubren los tiempos de la Justicia”.
Indicaron que “paralelamente, corre una causa civil, en cuyo marco hasta se hizo un allanamiento y se trabó un embargo a la clínica”.
“También nos llamaron a una mediación en cercanías de Tribunales… Pero nosotros no queremos eso. Queremos creeer que existe la Justicia, queremos justicia para nuestra madre y no vamos a parar hasta conseguirla. Esto de venir a EL DIARIO es apenas un primer paso”, concluyeron, mientras extrajeron otro papel de uno de los sobres que portaban: era una carta de dos hojas, manuscrita en diciembre de 2009 por el médico Escurra, enviándoles su “más sentido y respetuoso saludo”.