Comentario – El viernes se estrenó la puesta “Arder en preguntas” en los altos de Danza Vida

Antes de ingresar, el espectador deberá tener presente que se trata de una puesta experimental que fusiona la danza contemporánea, algunos destellos teatrales y una performance de canto y que, además, la sustancia argumentativa nació de las propuestas de un taller que el director e ideólogo, José Benítez, dictara meses atrás en la academia Danza Vida.

Teniendo en cuenta dichos aspectos uno puede comprender, apreciar, conmoverse y disfrutar del “todo” como una suma de cuadros que aluden a disparadores (más que preguntas, como sugiere el título), donde se abren distintos abordajes sobre temáticas más que disímiles: los beneficios de un abrazo, la semiología del sistema de la moda, la deconstrucción como política de acción, los conflictos en el amor, la cuestión de la identidad o la violencia de género.

Contando con un verdadero seleccionado de talentos locales, Benítez aprovechó sus virtudes para llevarlas al terreno fértil de la escena que, en este caso, se ubica al centro de la sala rodeado por los espectadores en 360 grados. Casos testigo son los del actor Juan Pablo Amante, quien aportó la única cuota cuasi-cómica con su bien amado Girondo, o el de la cantante Julieta Aiello, quien ofreciera una sentida y bella interpretación a capela de “Barro tal vez” de Spinetta y recreada corporalmente al mismo tiempo por Evelyn González. En tanto, el trabajo expresivo de los demás intérpretes termina por coronar la puesta dentro de esa azarosa multiplicidad de sentidos: Yamila Fortuzzi, Catalina Ortega, Nadia Durruty Brambilla, Manuel Campodónico, Isabel Tamone, Sofía Scaramuzza, Julia Bracotto e Ignacia Kamienski.

J.R.S.