La Agrupación Patitas Felices envió un texto sobre dos perritos de la calle que “hablan” en primera persona, se presentan en sociedad y exponen la necesidad de ser adoptados, en medio de todos los problemas
Somos los que vivimos a la sombra de un mundo hostil y duro para el que camina en silencio, para el que vaga por la vida buscando eso que se regala y no se mendiga, eso que hace que la gente sonría y vea la vida distinta… de ahí que nos sentimos… Los mendigos del amor… ¿Nos presentamos? Somos Dumbo y Benicio.
Ambos sufrimos abandono, tristeza y soledad, ambos sabemos lo que es agachar la cabeza cuando vemos una mano levantada, la cual no sabemos si es para golpear o acariciar, expuestos a la maldad de quienes no saben amar.
En nuestros lomos se notan los años mal vividos en la calle, el tener hambre y no poder pedir, el sentir dolor y no saber cómo aliviarlo, el pedir ayuda sin palabras y querer gritarlo. Somos los que ves en la plaza o en un café, bajo una silla o durmiendo en un andén, sin rumbo fijo sin ser por nadie “elegidos”, a los que normalmente llaman… “perros de las calles” y ¿cómo no ser de ella? Si ella nos recibió, si ella nos acogió, nos dio alguna que otra bolsa de sobras para llenar nuestras pancitas cuando algunas puertas no se abrían, o alguna cuneta para pasar las altas temperaturas del verano. Fue la calle que nos vio nacer, de vereda en vereda siguiendo a esa persona que nos regaló un mimo al pasar, pero al llegar a destino, en la calle solos volvemos a quedar. Es muy probable que nunca sepamos lo que es ser parte de un hogar, es muy probable que pasen los años y sigamos esperando, porque no entramos en eso que la gente llama…“perro de raza”, y no, la vida nos hizo distintos, únicos e irrepetibles, pero escuchamos por ahí que el amor y la amistad no entiende de diferencia, es un sentimiento que nace y se regala, no se pide, se brinda.
Hoy los dos estamos en una guardería, esperando la oportunidad de tener una familia y, aunque parece un sueño imposible, sé que no tardará en llegar, porque hay gente que mira nuestro interior, todo lo que tenemos para dar, lo agradecidos que somos, cuando alguien nos ama en verdad. Somos los que nunca te vamos a dejar porque sabemos lo que es la soledad. Mira nuestros ojos, mira nuestra lealtad, no tenemos sangre fina ni cara, pero tenemos algo más valioso, eso que hace que la gente sonría y vea la vida distinta…Te prometemos amor, ese que no se compra ni se mendiga, ese que se siente y se brinda…