Playosa y Argentino igualaron 1 a 1 en Casa Blanca y con sendos goles en un lapso de tres minutos en el complemento. El Albo terminó con diez por la roja a Pelé Andrada
Escribe: Daniel J. Cerutti
En partido disputado sin concesiones hasta el final, donde primaron las debilidades a las fortalezas en el concepto técnico, Playosa y Argentino dividieron honores en un tanto por bando.
Interesante planteamiento de ambos conjuntos en la parte inicial, con correcta distribución del balón y búsqueda de posiciones ofensivas; donde especialmente y apelando a largos envíos en procura de los atacantes ambos conjuntos siempre trataron de progresar en sus intentos.
Las defensas se mostraron expeditivas y trabajaron a destajo en la marca y presión, impidiendo un mejor panorama a los jugadores más peligrosos, Claudio Díaz en el visitante y Jorge Servetti en el local. Playosa reclamó una falta sobre Roberto Aimar dentro del área y en la primera opción de riesgo; de un córner posterior hubo un cabezazo bien controlado por Morales. El visitante tuvo posibilidad ante una incursión profunda de Díaz, desviando por poco su remate a escasos metros del arco.
En el balance de proyección en el juego, aunque tuvo ocasiones aisladas, Playosa mostró más coherencia y ambición; manejando con criterio el balón y exigiendo esfuerzos a la retaguardia del Lobo. El visitante fue más esporádico en las cargas, menos profundo, debido a la destacable participación de Gabetta y Menegotto, quienes controlaron el juego en el medio campo durante buen lapso de tiempo. En el primer tiempo el desarrollo tuvo altibajos, con algunas instancias de evolución en la performance de ambos protagonistas; sin ofrecer ventajas en el posicionamiento defensivo que permitiera llegadas más claras a las vallas defendidas por Garetto y Morales.
El nivel del cotejo fue decayendo con el correr de los minutos, luego de 20 iniciales jugados con intensidad y convicción, donde el Albo fue más insistente en sus avances; exigiendo trabajo más constante a la defensa de Argentino, que se mostró firme y sin fallas en sus arrestos. En esa tesitura, y dentro de cierto nivel de equilibrio, el local contó con la instancia más clara cuando el árbitro Quinteros en dudoso fallo anuló un gol a Servetti por posición adelantada, privando al Albo de la posibilidad de adelantarse en el marcador. En el concepto global, el primer tiempo no fue una exposición de fútbol agradable, pero fueron dignas la disposición y motivaciones en ambos conjuntos para fijar objetivos de ataque; muchas veces frustrados por la correcta cobertura de ambas retaguardias, firmes y expeditivas en su labor. Por momentos apareció la exigencia del clima caluroso en el accionar de ciertos jugadores, constituyendo factor de implicancia negativa con el correr de los minutos.
El segundo período tuvo desde el comienzo dos oportunidades de real riesgo: un disparo de Menegotto en buena posición, que pasó sobre el arco y en la réplica un excelente remate de Márquez, que dio de lleno en el travesaño de Garetto, cuando éste había quedado sin defensas ante el intento. Y a los 10 m, en otra instancia de peligro, Playosa abrió el marcador luego de un córner ejecutado por Servetti, cabeceado en primera instancia por Piva, ingresando por el otro sector Lucas Layús, que conectó el balón estableciendo la diferencia en el marcador y que hasta ese entonces marcaba justicia.
Tres minutos después, en réplica contundente, Argentino logró el empate, a través de un magnífico disparo efectuado por Manuel Márquez desde fuera del área, que se coló en un ángulo imposible para Garetto.
La posterior expulsión de Claudio Andrada por una probable agresión verbal hacia el árbitro trajo aparejado un clima de confusión y desorden, que influyó negativamente sobre el devenir posterior del partido. Cundieron el nerviosismo y la mala intención por momentos, desluciendo aún más un cotejo que después de la igualdad prometía interesante proyección hacia el final.
Playosa aún en inferioridad numérica pugnó por la ventaja, pero sus intentos fueron infructuosos al no encontrar espacios libres para llegar hasta Morales.
En la parte final, el cansancio fue perceptible, pareciendo por momentos que ambos se conformaban con el empate. Un empate que fue resultado de un encuentro asumido en plenitud, pero con carencias técnicas pronunciadas; que sumadas a las protestas y reclamos dirigidos hacia el árbitro (especialmente por los jugadores albos) fueron disminuyendo en la parte final su nivel hasta tornarse en una exposición futbolística cuestionable y carente de ideas.
La figura: Manuel Márquez
Mostró un despliegue elogiable, conformando por momentos un tándem positivo con Lana Díaz en la búsqueda de posiciones ofensivas. Rubricó su correcta labor con el golazo que otorgó el empate a su equipo. En Playosa fue destacable la cuota de fútbol y dinámica expuesta por Facundo Menegotto, quien en base a esfuerzo y decisión alcanzó un concepto positivo, asumiendo su función de volante en plenitud y durante todo el cotejo.
El árbitro: Julio Quinteros
Mal. Cometió errores de apreciación y obvió en el primer tiempo un penal por desplazamiento en el área a Roberto Aimar. A instancias del juez de línea anuló un gol a Servetti, marcando posición adelantada; sanción dudosa que motivó la lógica protesta de los jugadores locales. En la expulsión de Claudio Andrada no hubo infracción alguna, salvo la existencia de algún exceso verbal por parte del jugador local.