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Una remontada central

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Una remontada central
Gudiño ya la empujó de derecha para decretar el empate y comenzar la remontada del Verde

LIGA VILLAMARIENSE – Apertura – 2da. fecha – Interzonal A y B

Con un hombre menos, Rivadavia perdía como visitante frente a River, pero reaccionó a tiempo y con goles de sus dos centrales, Gudiño y Garis, se terminó imponiendo por 2 a 1

Escribe Federico Gazzoli

Luego de un primer tiempo en el que, con viento a favor y en superioridad numérica River Plate lo superó en el Pozo de barrio Almirante Brown, el último campeón de la Liga Villamariense, Rivadavia de Arroyo Cabral, reaccionó a tiempo en la parte complementaria y con goles de sus dos marcadores centrales, Pascual Gudiño y Samuel Garis, consiguió su segundo triunfo en el Torneo Apertura.

No tuvo su mejor inicio el Verde cabralense, debiendo soportar el fuerte viento, que se desplazaba en sentido hacia el Parque Pereira y Domínguez, en contra de su propio arco y así, en un cotejo que comenzó siendo impreciso, logró imponerse el dueño de casa, que poco a poco fue inclinando la cancha contra el arco de Marcelo Berardo.

Así, la primera que tuvo el Millonario a su favor, cuando se jugaban 21’, fue un remate de Jonás Chiotti que se fue alto.

En la siguiente, 5’ más tarde, La Banda logró facturar; Santiago Palermo le devolvió una pared a Chiotti y el volante, desde el vértice izquierdo del área, remató de derecha, bombeado y al segundo palo, ante una espectacular volada de Berardo que nada pudo hacer para evitar el 1 a 0 riverplatense.

El gol pegó fuerte en Rivadavia, que evidenció su malestar sobre la media hora de juego con una expulsión de Diego Villagra, que, ante la mirada del árbitro le aplicó un golpe en el rostro a Martín García. Previamente, el Pulga reclamó una falta de Eduardo Moreno, el referí hizo caso omiso y ante la “calentura” el experimentado mediocampista descargó su furia contra el delantero local, dejando al elenco de Marcelo Santoni con un hombre menos.

Aprovechando la “crisis” cabralense, el dueño de casa se animó a ir por más y casi lo consigue, pero un contragolpe finalizó con un disparo de Palermo a las manos de Berardo.

Por la misma vía intentó empardar Rivadavia, con la conducción de Alan Fonseca, aunque se topó con las manos de Garofani, quien tapó un derechazo de Nicolás Domínguez. Antes del final de la parte inicial, por un error visitante, River casi logra ampliar su ventaja (Garis despejó mal hacia atrás y la pelota terminó en el techo de su arco),  pero no lo hizo y, ante un campeón que supo reinventarse a tiempo, lo terminaría pagando demasiado caro.

Garis ya la mandó al fondo de la red para establecer el 2 a 1 y salió festejando con los brazos abiertos

El segundo tiempo comenzó vibrante, con una situación manifiesta de gol sobre cada arco en apenas dos minutos de juego. Primero lo tuvo el local, con un derechazo de Martín García que dominó Berardo, y luego avisó la visita, con un disparo de Nicolás Domínguez que se estrelló en el travesaño.

Como la intensidad del viento nunca disminuyó, y como en el complemento pasó a ser favorable a Rivadavia, el Verde aprovechó esa condición para pasar a ser dominador del encuentro, algo que consiguió en lo numérico en dos acciones con pelota parada.

Primero, a los 11’, Nicolás Gayoso ejecutó un córner desde la izquierda para que a la altura del segundo palo apareciera Gudiño, la empujara de derecha y decretara el 1 a 1 parcial.

Pasaron un disparo suave de Domínguez a las manos de Garofani y una magnífica volada de Berardo para despejar un tiro libre impulsado por Iván Sánchez y después, a los 30’, Rivadavia lograría dar vuelta la historia que le comenzó siendo adversa. Con una fórmula similar a la del empate, aunque con el balón partiendo desde un tiro libre por el otro flanco (el derecho), Tobías Ripa mandó centro al área, por el segundo poste Garis ganó de cabeza y mandó el esférico al fondo de la red para decretar el 2 a 1 que sería el resultado final.

De allí hasta el final River intentó con más ganas que fútbol, pero se quedó solamente en eso, en el deseo de al menos rescatar un punto en un partido que le comenzó siendo favorable, pero que no lo supo sostener para dejar el triunfo en su casa. En tanto, Rivadavia, aunque lejos de ser el equipo contundente que se terminó alzando con la corona en el Clausura 2017, mostró su poderío para dar vuelta el marcador y terminar cosechando su segunda victoria en igual cantidad de presentaciones.

 

La figura

Pascual Gudiño. Su empuje desde el fondo fue clave para que Rivadavia lograra dar vuelta una historia que, tras el primer tiempo, se presentaba adversa por la derrota parcial y ante la inferioridad numérica. Empujó continuamente desde atrás y, con una aparición sorpresiva en una pelota parada, abrió el camino hacia la remontada anotando el tanto del empate.

 

El árbitro

Gustavo Arciénaga. Mala actuación. Permitió el juego brusco en exceso, no otorgó ley de ventaja en varias ocasiones, se dejó hablar desmedidamente por los protagonistas y, a instancias de sus asistentes, cobró mal varias posiciones adelantadas. Acertó en la expulsión a Villagra.