Los golpearon, entraron a la casa sin orden judicial y causaron destrozos. Se llevaron detenido a un joven de 21 años, aseguró la mujer
María Esther Gaitán, dos de sus hijos y un nieto de cinco años fueron, según narró a EL DIARIO la propia damnificada, víctimas del abuso y una violencia policial que excede todos los límites que cualquier democracia puede tolerar.
Ocurrió ayer a la madrugada, pasadas las 3, en una vivienda ubicada la calle Brandsen 375, a la que irrumpieron, de acuerdo al relato de la mujer, más de 10 efectivos policiales sin ninguna orden judicial de allanamiento, buscando una motocicleta que conducía su hijo, quien acredita la tarjeta verde del rodado.
“Sostenían que la moto era robada, porque venían siguiendo un dato que les había dado la semana pasada un chico del barrio que habían detenido”, explicó la mujer.
“Les mostramos la tarjeta verde, pero la tiraron al piso sin verificarla, se metieron hasta la pieza, donde entró mi hijo, de 21 años, y donde dormía mi nieto de 5, y allí lo golpearon hasta sacarle sangre y lo picanearon”, precisó Gaitán.
“Además, rompieron muebles y otras cosas y no atendieron a nuestras explicaciones. Yo les pedía que pararan, porque estaba mi nietito, pero no les importó nada. Insistían en que la moto era robada cuando les habíamos mostrado las tarjetas verdes. Es más, este hijo no tiene moto, sino que usa la mía”, explicó la denunciante.
“Con todo el lío que se armó, mi otro hijo, de 20 años, que estaba durmiendo en otro cuarto, se despertó y vino a ver qué pasaba. Con un celular, filmó cómo lo golpeaban al hermano. Uno de los policías lo encaró, forcejeó con él y le quitó el celular, que ahora no aparece. Se llevaron el teléfono, la moto y a mi hijo golpeado, detenido por negativa a identificarse”, señaló Gaitán, quien es representada legalmente por el abogado Javier Quiroga.
Por supuesto, la mujer fue a hacer la denuncia a la Comisaría y allí, asegura, un jefe policial que no identificó por el nombre, la invitó a reunirse con él “para arreglar esto y para que no hiciera la presentación en la Fiscalía”, contó la damnificada.
Casi una decena de policías dentro de una casa, y muchos móviles en la calle, para ir por un joven que “trabaja de pintor” -dijo su madre- y una moto supuestamente robada, en la madrugada de ayer.
Ahora, esta denuncia.