
César Oviedo consiguió en Brasil, días atrás, convertirse en el único profesional del país preparado para capacitar sobre los protocolos internacionales que se aplican para dar respuesta en catástrofes o accidentes en casi toda Latinoamérica y parte de Europa. En Argentina aún es cuenta pendiente, pero aseguró que “esta todo encaminado” para concretarse

Escribe: Damián Stupenengo
DE NUESTRA REDACCION
César Oviedo hace 31 años que se dedica a la emergencia médica. Más de tres décadas sobre una ambulancia lo llevaron a poder convertirse, días atrás, en la única persona en el país capacitada para enseñar el protocolo internacional que se aplica en muchos países de Latinoamérica y de Europa, pero que en Argentina es aún materia pendiente.
Este villamariense estuvo recientemente en Brasil instruyendo a un grupo de personas que va a estar trabajando en los Juegos Olímpicos de Río 2016 que se disputarán el próximo mes. Pero también lo evaluaron a él, para luego otorgarle la distinguida certificación.

Un protocolo necesario
La empresa italiana Spenser comenzó, años atrás, a generar centros de entrenamiento en emergencia médica en distintas partes del mundo con la finalidad de armar un protocolo universal de trabajo en rescate.
Hoy, este protocolo ya se aplica en Chile, Perú, Bolivia, Venezuela, Ecuador, Paraguay y Brasil, entre otros países, lo que significa que ante una catástrofe, atentado o situación límite, todos van a trabajar de la misma manera.
Argentina aún no forma parte de ese grupo de países, pero Oviedo asegura que está cerca de concretarse, luego de ganarse el título de instructor internacional.
Este hombre de 51 años estuvo en tierras vecinas dictando, en el Centro de Entrenamiento Internacional, una capacitación sobre rescate en colapso de estructuras. “Formamos en total 57 monitores que van a desempeñarse en los Juegos Olímpicos. Esos monitores son los encargados de formar diez líderes de equipo, que a su vez formarán otros diez líderes de trabajo para los Juegos. Los entrenamos bajo los protocolos internacionales”, explicó.
Eso, le permitió que lo evaluaran y le dieran el visto bueno para poder hacer el curso necesario para certificarse. Se quedó dos días más y hoy sostiene con orgullo: “Ahora soy el único capacitado y entrenado para formar gente en un Centro de Entrenamiento Internacional acá en Argentina”.
Sobre ese centro, aseguró que “hay posibilidades muy concretas de que se arme acá, está todo muy encaminado”.
-¿Cuál es la importancia de un protocolo único?
“Significa que ante una catástrofe, todos trabajamos bajo una misma forma, de la misma manera. Si tenemos que poner una tabla con un inmovilizador de cabeza, todos saben cómo hacerlo igual, por ejemplo. Al estandarizar estos protocolos permite que en cualquier lugar de Latinoamérica, cuando haya un accidente o catástrofe, todos puedan ayudar al hacer el mismo trabajo y de la misma forma”.
-¿Por qué en Argentina aún no se implementó?
“Este protocolo de trabajo está para todo el mundo, pero Argentina no lo tiene aún porque no hay un interés en la emergencia médica. La emergencia médica acá siempre ha sido un poco bastardeada, han habido rencores, los servicios de emergencia privados no trabajan con los públicos, es una rencilla de hace muchos años que no te permite generar protocolos de trabajo estables ni estándares internacionales. Argentina no tiene interés prácticamente en participar de estos centros internacionales. Por supuesto que a nosotros nos conviene trabajar como ya lo hacen los demás países, porque permite que ante una emergencia que requiera de la ayuda de profesionales de cualquier país del mundo, se pueda trabajar como corresponde”.
Como para ser más gráfico, quien también fue bombero voluntario de la ciudad, mencionó que ya han habido casos en los que queda en evidencia la ausencia y necesidad de una forma única de respuesta en emergencia médica. “Ya nos ha pasado en un montón de lugares. Recuerdo en el atentado a la AMIA nosotros fuimos desde Villa María con una ambulancia y lamentablemente era un descontrol. Ahora, más cercano en el tiempo, en la tragedia de Once tuvieron un protocolo, pero medio agarrado de los pelos, y se podría haber mejorado todo”.
-¿Que Argentina no sea tan propensa a las catástrofes naturales, podría explicar la falta de interés?
“Nosotros estamos exentos prácticamente de lo que es naturaleza, pero no de que nos pase otra cosa. Hemos tenido mucha suerte, más allá de las catástrofes. Me ha tocado trabajar en accidentes en ruta con gente muy grosa y con gente a la cual hubo que organizar porque no se podía trabajar. Recuerdo el accidente de los policías en la autopista, la gente que vino a trabajar estaba muy asustada, no sabían seguir un protocolo de trabajo. Es más, a uno de los chicos que tenían que trasladar a Laguna Larga se lo llevaron a Santa Rosa de Río Primero, sólo porque la autopista quedaba para ese lado”.
Teniendo en cuenta la situación que expuso, y ante la demora que pueda llegar a tener la implementación del Centro Internacional de Entrenamiento en emergencia médica en el país, Oviedo adelantó que “a partir del año que viene, tengo la idea de empezar a llevar gente a Brasil para que se capacite y para que haya en el país cuatro o cinco personas con quien empezar a formar un equipo de trabajo”.
“Si se instala, el centro de entrenamiento cubre todo el país, y es igual en todas partes del mundo”, detalló.
Además, contó también que quiere traer a la ciudad el camión de entrenamiento que tienen todos los centros del mundo. “La idea es tenerlo para el aniversario de la ciudad, para que la gente lo conozca, esos camiones son para emergencia médica y bomberos, están preparados para todo”, remarcó.
Un currículum que avala
Capacitación y certificaciones internacionales
A los 20 años César Oviedo comenzó a trabajar en emergencia médica. Fue, primero, en una pequeña empresa llamada Transpack que había en la ciudad. Cuando esa empresa se cerró, el dueño llamó a Oviedo desde Brasil para crear otras dos que revolucionaron el vecino país.
“Fue hace diez años que me llamó y me invitó a crear primero una empresa porque allá no existía la emergencia médica privada, todo lo hacía bomberos”, recordó.
“Viví dos años y medio allá y creamos la primera empresa privada de emergencia médica que se llamó Emercor. Se levantó muy rápido, empezó a hacer muchos afiliados rápido. En Brasil todos los puestos sanitarios que hay atienden las 24 horas pero no siempre tienen el médico ahí, sino que tienen que ir a buscarlo al hospital, y cuando se encontraron conque había un servicio que te llevaba el médico a tu casa, explotó”, narró.
“El vendió esa empresa y creó otra, que se llama Rescate Médico. Participé en la creación de las dos empresas y lo que pasó con la segunda fue furor, porque nosotros involucramos ahí la parte aeromédica, incorporando los helicópteros. El primer helicóptero lo cedió el dueño de Coca Cola Brasil”, expuso.
Oviedo se capacita permanentemente. De hecho, hizo la carrera de Enfermería “porque no existe la de paramédico en Argentina”, lo que lo llevó a certificarse en Estados Unidos. “El único lugar que tiene la carrera de paramédico certificada es Estados Unidos, entonces, a través de la fundación de lo que fue la Asociación Nacional de Técnicos en Emergencias Médicas, permiten a los extranjeros ir a hacer la carrera, y yo fui y me certifiqué como paramédico, después certifiqué en Brasil también. En Argentina debemos ser unas 15 personas”, cerró, quien actualmente integra el plantel de Corpus en la ciudad.
La ciudad, su corredor sanitario y la respuesta a las sirenas
Más grande el accidente, más son los curiosos
Más de treinta años de experiencia en emergencia médica son suficientes para dar una opinión valedera sobre cómo está parada Villa María ante situaciones límites.
“Hoy, con lo que hace sido el movimiento del Hospital Pasteur, el corredor sanitario que tiene Villa María es amplio, se puede trabajar bien, pero pasa que nos ha quedado un poquito retirado de la ciudad que en parte nos beneficia y en parte nos altera el cronograma de trabajo”, explicó Oviedo.
“Tenemos que recorrer más kilómetros en la ciudad para poder llegar al Hospital a tiempo, pero hoy podemos hacerlo más rápido porque antes, cuando estaba en el centro, había que cruzar semáforos, y el tránsito, las motos, todo nos demoraba”, detalló.
Oviedo se refirió a la necesidad de delimitar mejor el corredor sanitario, determinar “quién va por dónde, qué calles se deberían cerrar”, y contó que “por ejemplo, en Marcos Juárez hay un corredor sanitario marcado y los bomberos manejan el sistema de semaforización, entonces ellos cortan las calles para dejar sólo en verde por donde tiene que ir la ambulancia”. “No es para comparar, pero es una idea que podría trabajarse”, aclaró.
No es fácil llegar de un punto a otro de la ciudad en ambulancia. “En Villa María el tránsito lamentablemente complica, a nosotros nos pasa que mucha gente te corre atrás de la ambulancia, como le pasa a los bomberos. Va el autobomba a un siniestro y va toda la gente por atrás corriendo a ver qué pasó, mucha gente se cruza, interfiere. Mientras más grande es el accidente, más son los curiosos”, planteó
“Escuchan las sirenas y bajan a ver qué pasó, y es un riesgo potencial, porque no sólo llevás a una persona grave arriba de la ambulancia, sino que podés producir otra más. Hay que tener mucho cuidado. Cuando la gente escuche la sirena se tiene que abrir, porque sumarle eso al estrés que ya tiene la ambulancia o el camión de bomberos, hace que llegues al lugar del accidente cansado”, remarcó
Más allá de todo eso, Oviedo consideró que “Villa María está preparada para responder ante una catástrofe, no sé en qué lugar de la escala la pondría, pero va a haber una respuesta inmediata, con aciertos y con errores”. De todas formas, insistió en “buscar la forma que, ante tal catástrofe, se responda de determinada manera, porque no nos olvidemos que nosotros tenemos fábrica militar acá cerca, y es un riesgo potencial, como también lo son las grandes industrias que hay en la ciudad”.