A pesar que le faltó lucidez en grandes pasajes del partido, el “Aurinegro” ganó 2-1, al aprovechar los errores de 9 de Julio, que regaló un penal y se quedó con uno menos en el segundo tiempo. El triunfo acomodó para la pelea al elenco villamariense
Escribe Juan Manuel Gorno
Se pueden trabajar muchos aspectos del juego para afrontar un partido, pero saber resolver las chances propicias y no equivocarse en acciones puntuales, suelen ser más fundamentales a la hora de los momentos decisivos de un torneo.
Unión Central, que supo ser catalogado de “inocente” en años recientes, entendió ese axioma y hoy se muestra más maduro, más allá de sus carencias. Por ello fue finalista en el campeonato anterior y por la misma razón sacó adelante ayer un partido complicado que ganó 2-1 para volver a encaramarse entre los que pelean arriba de la Zona Sur.
Esta vez, el “inocente” fue 9 de Julio de Pasco, que dilapidó sus chances de clasificación más por errores específicos (regaló un penal y Carlos Rodríguez fue bien expulsado) que por su juego atildado, interesante, para respetar.
Es cierto que a ninguno le sobra nada y que la falta de variantes les duele cuando padecen una baja.
En ese sentido, cada uno intentó hacer lo que pudo.
La formación dirigida por Martín Conti trató de ser prolija con la movilidad de sus volantes y fue protagonista en los primeros minutos, a tal punto que Ismael Rodríguez, a los 5’, quiso sorprender con un remate de derecha y la pelota fue bien controlada por el arquero Juan Cruz López, de buena tarde.
Unión Central no pudo encontrarse con frecuencia en esa línea media y recién después de los 15’ generó algo gracias a la velocidad de Pablo Torres para jugar por afuera.
A los 17’, un centro del atacante de Unión se le colaba al arquero Néstor Barbero, pero este logró desviarla al córner. El centro posterior en el tiro de esquina fue conectado por Elián Geremías, que cabeceó apenas afuera.
A pesar de estas dos acciones, el partido no derrochaba situaciones. Sólo mostraba pinceladas de Carlos Rodríguez por la derecha, en el “Patriota”, y pases profundos de Rodrigo Solís sin un destinatario fijo, en Unión. También un aviso del visitante a los 22’, de tiro libre, en el cual Ismael Rodríguez probó al arco y exigió la respuesta del portero López.
Parecía que todo moría en el intento, ya que mientras 9 de Julio jugaba bien y se desvanecía en el último toque, el conjunto local no mejoraba en la circulación de la pelota. De hecho, daba la impresión que sólo alguna maniobra de contragolpe o de jugada con pelota detenida podía darle a Unión la felicidad de un gol.
En el primer ítems, estuvo cerca sobre los 34 minutos, cuando Franco Santoni ganó en su corrida entre los centrales y definió con clase, por arriba del arquero, pero la pelota salió muy cerca y quedó en el techo del arco.
A los 41’, entonces, vino la chance de la pelota parada y el último subcampeón la aprovechó: un tiro de esquina ejecutado hacia el primer palo fue apenas desviado por Sebastián Solís y la pelota viajó hacia el segundo poste para incrustarse en la red.
El 1-0 de Unión no pudo ser conservado en el arranque del segundo tiempo. Al minuto, Ismael Rodríguez tuvo una situación de tiro libre, corrido a la izquierda de la puerta del área, y sacó un remate de excelencia, magnífico, que López no llegó a desviar.
Fue un golazo del 10 “Patriota”, que devolvía la emoción de la incertidumbre en estos dos equipos jugando sus últimas fichas.
Unión, fiel a su personalidad, quiso responder rápidamente vía Torres, quien primero mandó un centro que no pudo capitalizar Vaglio y, luego, sacó una mediavuelta por encima del travesaño.
En esa búsqueda de Unión, 9 de Julio no se organizó como correspondía y, encima, Theiler cometió una mano grosera adentro del área, un regalo que el árbitro Jorge Verón tuvo que pitar.
Rodrigo Solís se hizo cargo de la ejecución del penal, la pelota dio en el palo, pero el volante captó el rebote y concretó el 2-1 para recuperar la sonrisa.
Fue un premio también para el propio Solís, que diagramó desde sus pies lo mejor de Unión, de ahí hasta el final del partido, sobre todo cuando 9 de Julio volvió a sufrir por errores propios cuando Carlos Rodríguez vio la roja directa por una patada desde atrás.
En el medio, hubo otro tiro libre de Ismael Rodríguez que fue desviado por López, en lo que pudo ser el empate del “Patriota”.
Lo concreto que 9 de Julio se vio complicado con la roja. Maximiliano Passero -un centrocampista con condiciones para tener en cuenta- debió tapar más huecos y eso le permitió a Rodrigo Solís hacer de las suyas, como lo hizo a los 36’, habilitando a Torres previo a una tapada del arquero Barbero.
No obstante, 9 de Julio vendió caro su derrota y fue al frente con juego, manejando la pelota y buscando profundidad con Yamil Elhall e Ismael Rodríguez como abanderados de cada avance.
Pudo empatarlo el “Patriota”, pero en la jugada que lo dejaba al 10 mano a mano con el arquero, el árbitro, a instancias del asistente José Núñez, cobró posición adelantada que jamás existió, por habilitación de un defensor de Unión.
La bronca para con el arbitraje se apropió de la gente de Pasco sobre el final, más allá de los errores propios. Y Unión se retiró feliz. Ganó con lo justo, pero le alcanzó para seguir soñando.
La figura: Rodrigo Solís
El cinco fue el termómetro de Unión Central y gestó claridad, a pesar de no encontrar tantos laderos para elaborar algo mejor. Marcó un gol. En 9 de Julio, muy bueno lo de “Maxi” Passero y Carlos Rodríguez (hasta que lo echaron).
El árbitro: Jorge Verón
Bien en el penal y la expulsión de Carlos Rodríguez. Le faltó acelerar el juego y se equivocó sobre el final, mal ayudado por el asistente Núñez, en una posición adelantada que no existió y cortó una jugada de gol para 9 de Julio.