Apertura – Ultima fecha – Interzonal A y B
El Aurinegro venció 1 a 0 a un San Lorenzo de Las Perdices ya clasificado, y culminó de la mejor manera su participación en el campeonato. El gol lo convirtió Rodrigo Solís
El partido no atraía desde lo emocional, porque las cartas de ambos conjuntos ya estaban tiradas de antemano. La última fecha encontraba a San Lorenzo de Las Perdices clasificado y a Unión Central eliminado, por lo que no había nada en juego, solo el “honor” de despedirse de la primera fase clasificatoria con una victoria.
Como era de esperar, si alguien debía hacerse cargo del protagonismo era el local, porque al Santo más que servirle de preparación para los playoff el resultado mucho no le modificaba la existencia, pero a Unión Central el triunfo le serviría para irse de la mejor manera y demostrar que es un equipo que está en formación, pero que transita por una buena senda: los últimos partidos del aurinegro demostraron que quizás el campeonato que viene, si mantiene los mismos jugadores y el nivel futbolístico, los dirigidos por Marcelo Zucotti darán que hablar.
Desde el inicio del partido esto se evidenció fuertemente, con un Unión muy agresivo y altamente ofensivo. La intensidad del mediocampo aurinegro asfixiaba el juego visitante y permitía generar peligro rápidamente gracias a la habilidad y velocidad de Olmedo y Guilhen principalmente.
A los 6 minutos, Rodrigo Solís anticipó lo que haría minutos después para abrir el marcador: el capitán villamariense ejecutó un soberbio tiro libre que el arquero debió esforzarse para desviar. A los 12’, el propio Solís repitió la jugada y, aprovechando el viento a favor, envió un tiro libre cuya diabólica parábola engañó al arquero perdicense Emiliano Rodríguez, quien salió a cortar el centro y a mitad de camino debió modificar su trayectoria, para retroceder e intentar evitar el gol aurinegro. Pero ya era tarde, el balón ingresó en el ángulo derecho y puso en ventaja al conjunto de calle Rucci.
El gol era justo, porque Unión arrasaba a San Lorenzo. El Azulgrana estaba totalmente perdido, con todos los circuitos de juego totalmente cortados. La desmotivación obviamente tenía mucho que ver, porque no era el mismo San Lorenzo de siempre. Aunque, tampoco hay que desmerecer lo hecho por el local, que a los 20 casi aumenta la diferencia con una escalada de Solís que casi termina en gol, y un centro peligrosísimo de Olmedo que nadie pudo empujar a la red.
El primer tiempo terminó con un Unión jugando a gran nivel y se fue al descanso muy aplaudido por el público presente. Por su parte, el Puli Herrera ingresó a los cambiadores con una mezcla de fastidio y preocupación, por lo producido por sus dirigidos en la primera mitad.
En el complemento, los locales continuaron con el dominio. Al minuto, un preciso centro de Joel Guilhen le posibilitó a César Contreras cabecear la pelota hacia el arco de Rodríguez, pero el esférico se fue apenas desviado por encima del travesaño.
Tan increíble, pero real: San Lorenzo recién pudo llegar con peligrosidad al arco defendido por Dante Alaniz a los 29 del segundo tiempo, cuando Branco Roja remató de gran manera y el portero aurinegro contuvo de manera magnífica para dejar en cero su valla.
Ya sobre el final, cuando San Lorenzo ya estaba resignado a sufrir una derrota, Unión tuvo más chances de estirar la diferencia por intermedio de Joel Guilhen: primero por intermedio de un tiro libre que el arquero Rodríguez desvió por arriba del travesaño, luego a través de un mano a mano que no pudo materializar nuevamente por la rápida intervención del uno visitante, que “se vistió de héroe” para ponerle cifras definitivas al tanteador un poco más decorosas para su equipo.
El 1 a 0 a favor de Unión quedó corto, porque la diferencia futbolística entre el Aurinegro y el Azulgrana fue demasiada. Una goleada a favor de los villamarienses hubiera sido lo más justo, pero en el fútbol los goles no se merecen, sino que se hacen, y quizás ésta sea una de las máximas del fútbol que mejor expliquen por qué Unión llegó eliminado al último partido.