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Viajan en bici por Latinoamérica vendiendo luces que ellos fabrican

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Viajan en bici por Latinoamérica vendiendo luces que ellos fabrican
Matías y Santiago en su paso por la ciudad. Al lado de la caramañola, el recuerdo del cordobés más famoso

Se hospedaron en varios cuarteles de bomberos de la zona y aseguran que “se genera algo positivo” en la gente que los ve pasar. El sistema de luces, a diferencia del dínamo, no hace pesado el pedaleo

Matías y Santiago en su paso por la ciudad. Al lado de la caramañola, el recuerdo del cordobés más famoso

Son cada vez más las personas que se animan a emprender un viaje por el mundo de formas no tradicionales y que se presentan como una alternativa no solo más económica que las que ofrecen las agencias de turismo, sino que también tiene más sentido el recorrido de cada kilómetro.

Matías y Santiago salieron hace un mes y una semana de Pando, la ciudad uruguaya de la que son oriundos, rumbo a su “destino final primario” -como lo definieron ansiosos-, que es Córdoba.

El miércoles arribaron a Villa María para ser alojados por una pareja de cicloturistas locales, a los que conocieron en un sitio web que reúne a personas con intereses similares para conseguir alojamiento y comida (www.warmshowers.org).

Son estudiantes universitarios de Ingeniería Eléctrica y Diseño Industrial y los conocimientos adquiridos en ambas carreras les permitieron fabricar un sistema de luces sustentables, ya que no utilizan pilas, sino que aprovechan el girar de la rueda trasera de la bici.

“Vemos reflejado en la gente que el andar en bici todo cargado le genera algo, entonces vemos que nos saluda, nos toca bocina o pasas al lado de alguien que va caminando y se da una pequeña charla.

No sé si la gente pensará ‘qué ganas de hacer esto’ o ‘qué bien estos gurises que le están metiendo esfuerzo’… Se genera algo positivo que está muy bueno”, comentó Santiago a EL DIARIO.

“Nos ha pasado que frenó gente en auto unos metros adelante y nos deja el contacto para ofrecernos ayuda en su ciudad si llegamos a pasar”, agregó Matías.

 

Un viaje distinto

Tenían muchos amigos en común, empezaron a compartir partidos de fútbol de salón -que en Uruguay es típico- y además vivieron siempre a tres cuadras de distancia en su pueblo.

“Se dio que coincidimos en que queríamos hacer un viaje bastante grande los dos. Primero iba a ser un work & holiday a Nueva Zelanda o algún lugar de esos, pero no nos alcanzaba la plata y además tenés que concursar y todo eso. Le buscamos la vuelta en bici y salimos para Latinoamérica”, señaló Matías.

“El era más de la bici, pero yo no; compré una y salimos casi sin entrenamiento”, aportó Santiago.

La preparación la hacen sobre la marcha, lo único que hicieron antes de salir fue un viaje de 60 kilómetros en dos días para entrar en ritmo.

“No nos imaginábamos nada de cómo era la ruta en bici, pero hasta ahora, todo normal. Más que algún bocinazo de camionero, que a veces son para saludarnos y otras no (risas). Pero en general, bien”, detallaron.

 

Luces sustentables

La forma de financiarse de Matías y Santiago es vendiendo un sistema de luces para bicicletas; ellos mismos idearon y fabricaron, con ayuda de conocidos, las piezas necesarias.

Matías detalló el funcionamiento del sistema y mencionó que es bajo el principio básico de electromagnetismo.

“Consiste en una bobina de cable esmaltado y un imán (la primera va adherida al cuadro y la segunda a la rueda). Cuando pasa cerca, aunque sin rozarlo, genera una corriente que alcanza para que enciendan las luces led”.

Santiago sumó un dato importante: “No te hace más lenta la bici porque es por cercanía, no por roce. Trabajamos sobre un producto vendible para ir ofreciéndolo en el viaje”.

Al mismo tiempo, admitieron que les fue difícil venderlas en los pueblos pequeños por donde pasaron. “No usaban ni frenos en las bicis, menos iban a querer luces”, recordaron entre risas.

 

Bomberos, al servicio

Santiago se calzó el traje de bombero para la foto en uno de los cuarteles

Hasta su llegada a Villa María, cuatro de sus noches las pasaron en distintos cuarteles de Bomberos Voluntarios de localidades como Carcarañá, Armstrong, Marcos Juárez y Bell Ville.

“En Arroyo Seco nos dijeron que no tenían lugar y nos mandaron a un camping, pero después se llegaron a ver si estaba todo bien o si necesitábamos algo”, relataron los uruguayos que ayer partían de la ciudad hasta el momento de la nota, con rumbo incierto.

“Es un lujo cómo te tratan y aprendimos mucho de cómo se mueven ellos y con la pasión que lo hacen. Tienen reliquias funcionando”, comentaron.

Cruzaron el charco pedaleando y piensan dejar que el destino y los consejos de otros viajeros decidan la próxima parada. Eso sí, siempre con combustible infinito.