En enero, cuatro fotógrafos de la escuela F5 de Villa María viajaron al Machu Picchu con el objetivo de registrar escenas y paisajes de la vida cotidiana. Pasando por Jujuy, Potosí (Bolivia) y la ciudad de Cusco (Perú), la travesía derivó en una muestra que se expuso hasta el 8 de julio en el Centro Cultural Leonardo Favio: “Hacia el Norte”. Así, los villamarienses Lucas Chena, Marcela González y Walter Civell junto a la bellvillense Sofía Massó, hablaron de aquella road movie en busca de la propia mirada
Carmen, una niña colla con gorra de lana, mira la cámara de Lucas y apenas si hace un gesto. Durante ese instante fugaz, la nena traspasa el “click” de los relojes con el aura de una raza que vive afuera del tiempo. En otra escena, dos hombres viajan en el asiento contiguo de un colectivo en Bolivia, y sin hablarse ni mirarse han devenido en compañeros de viaje. La Nikon de Marcela capta el momento de esa breve amistad silenciosa. Más allá, en la blanca tierra de Uyuni (Bolivia también) un trabajador apalea cascotes de sal bajo un cielo de plomo. Su silueta de obrero se refleja en un suelo que parece de hielo y la imagen es registrada por la lente de Sofía Massó, con asombrosas reminiscencias de los primeros dibujos de Van Gogh, de mineros belgas a la carbonilla. Por último, en la Copacabana más desierta del planeta (la playa semivirgen de un lago boliviano) viejas barcas duermen panza arriba como ballenas ancladas en el muelle de la vida. Entre pescadores con sombreros de paja tejida, las naves esperan volver a zarpar como un modo de resurrección. Y de esa pintura social da cuenta la instantánea de Walter Civell.