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“Villa María tiene que pensar en una región, no en ser una metrópoli”

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“Villa María tiene que pensar en una región, no en ser una metrópoli”

Nació en Santa Fe el 17 de septiembre de 1951. Es arquitecto, casado, tres hijos y tres nietos. En 1981 se radicó en Villa María, una ciudad que ama. Nunca estuvo afiliado a un partido político, dedicó parte de su vida a la activa participación en instituciones. Fue uno de los colaboradores en la fundación del Colegio de Arquitectos de la provincia de Córdoba. Fue presidente de la Regional de dicho organismo, fue tesorero y presidente del Colegio Provincial, vice de la Federación de Arquitectos, vice y presidente de la Federación Panamericana de su profesión y miembro del comité honorario vitalicio del órgano, el cual presidió hasta 2015. Fue convencional constituyente en la confección de la Carta Orgánica Municipal y dirigente vecinal

 

Escribe: Nancy Musa 

“Está todo inventado, no sé porque no se aplica lo bueno que existe”, es una de las frases que repite durante la charla. Se define como un actor social y cree que la participación ciudadana es elemental para proyectarnos. Tiene un sentido del humor muy particular, es moderado a la hora de hacer juicios políticos, pero no deja de reiterar que hay otras formas de trabajar para tener mejores resultados. Cree en la arquitectura social. Desde hace años viene pregonando por la fortaleza regional y considera que debemos expandir la mirada hacia los barrios. Es un agradecido de la vida, lo remarca varias veces, de su suerte y de los conocimientos que pudo adquirir durante su trayectoria en diversas entidades. Jorge Monti es un tipo (palabra que usa) que tiene la visión de quien decidió retirarse de los cargos, por considerar que era el momento justo.

 

¿En qué situación se encuentra actualmente el mercado de la construcción?

Jorge Monti

No podemos hablar de este momento sin hablar de lo que pasó un poco antes. El mercado de la construcción, en general, hasta un tiempo antes que terminen los mandatos por las elecciones, venía bien. Fue sumamente importante para los arquitectos la cantidad de créditos Procrear que se dieron y básicamente con el crédito individual que satisfacía no sólo el trabajo del arquitecto sino que generaba más trabajo para los albañiles independientes, electricistas, etc, e insertaba mucha gente al mercado laboral, algo que no puede proveer la obra pública.

 

Mucho se habla sobre que la obra pública es la que mueve la economía

Sí, pero es muy interesante analizar cómo se distribuye el cemento. Es un dato para tener en cuenta. En determinado momento las obras de las que nadie habla que son las reformas, las viviendas son las que más cemento consumen, hasta tal punto que una cementera hizo una cadena de distribución y están en todos los barrios.

No es una casualidad. Y el tema de la mano de obra, la obra pública en el lugar que se hace concentra mucha mano de obra, pero estos planes (Procrear por ejemplo) se federalizan y tienen una movilidad de trabajo para todos los sectores.

Estas son las cosas que algún día hay que hablarlas y ver como se distribuye el trabajo en los distintos lugares.

Creo que si se movilizase todo lo que es créditos para viviendas estaríamos motorizando la generación de empleo. La cadena de la construcción es muy amplia.

 

Estamos hablando de políticas además necesarias frente a la demanda habitacional

Suplir el déficit habitaciones y colaborar con la falta de empleo que hay . Porque te repito la obra pública es concentradora de mano de obra sólo en el lugar en que se hace.

 

¿Y por qué los gobiernos, prácticamente, se recuestan sobre la obra pública?

Mirá, en general pienso que hay intereses que presionan sobre los gobiernos para que los montos disponibles vayan a distintos tipos de obras, llámese licitaciones. Lo interesante sería que se haga un profundo estudio y se distribuyan los fondos.

Viviendas se pueden hacer, escuelas se pueden hacer, y otro tema que no entiendo es porqué en lugares donde hay fondeo no se trata de fomentar empresas locales y regionales y que puedan ir progresando. Creo que hay ponerse sensatamente a estudiar el complejo problema, si se llega al diagnóstico también se llega a las soluciones.

Como dirigente aprendí que no se puede participar solo, el compromiso incluye que tenés que dialogar, escuchar, dar participación pero no sólo en una etapa sino en todo el proceso.

Y eso es lo que no se hace y cuando se pone en práctica da buenos resultados.

Y para ponerlo en práctica se deben conformar equipos con diversidad de opiniones y una vez que se decide se debe alinear todo y ponerse a trabajar.

 

En realidad, son metologías de trabajo

Sí, son procesos metodológicos, yo no estoy inventando nada, esto lo estudié en la década del 70, no soy un profeta.

 

¿Y cuáles son los motivos que llevan a que los colegios profesionales no tengan injerencia en las decisiones gubernamentales?.

Parte un poco de que son invitados o participan en un pedacito de todo el proceso. Entonces como son varios, no se dan en un solo ámbito sino que se da con un sistema de consulta, no se llega a generar un compromiso que a su vez debe ser presentado en sociedad.

Aquí los candidatos presentan lo que se va a hacer en la ciudad, se aprueba o no, y después hay que cumplirlo. Si no se puede cumplir se explica por qué.

Si aquí nadie se come a nadie, ¿ vos creés que existe un país con gente más buena que acá en cuanto a la aceptación de las cosas?.

De acuerdo a mi experiencia, si vos trabajás en equipo, estudiás la realidad, hacés el programa y lo llevás adelante vas a tener resultado.

Pero de qué vale que yo te escuche, dialogue y después hago lo que yo quiero.

 

¿Cuáles son las principales diferencias entre la tarea dentro del país y el trabajo en la Federación Panamericana?

Los ámbitos se modifican desde lo local, regional nacional e internacional. Lo internacional tiene muy definido los protocolos y se deben cumplir.

Ahí hay situaciones diferentes porque hay diversidad cultural, de pensamiento, diversidad de realidades sociales. Son entidades de consenso y es muy bueno como dirigente comprobar lo que es consenso y ver que funciona.

Porque el consenso no es si uno dice blanco y otro negro, pensar que hagamos un gris. No, el consenso es para hacer lo que corresponde. Y otro tema, en la federación el consenso es en función de los intereses de la sociedad y los arquitectos, no es un consenso de dirigentes.

Acá hay un tema importante, no hay que embromar con la gente, hay que respetar y respetar es entender a la gente.

 

Dejar de lado los intereses individuales…

El que tiene la posibilidad de llegar a esos cargos tiene la obligación de entender y tratar que funcione lo que no está funcionando. No hay que reunirse con intereses mezquinos, eso no es un problema de las instituciones, es un problema humano pero el hombre es muy jodido (sonríe), como decía el Padre Hugo vos te podés tomar el vaso de lo bueno o de lo malo y si mezclás sos jodido.

 

Recuerdo que años atrás, luchó bastante remarcando que Villa María crecía sin un plan de desarrollo

Cuando tuve la suerte de ser convencional constituyente, trabajé con otros convencionales en políticas especiales y participación ciudadana. Vos te debés acordar que fuimos muy criticados porque ninguna convención duraba más de 90 días y la nuestra duró 180 días.

Pero ninguna tuvo el éxito que tuvimos ya que pasaron 96 entidades que fueron escuchadas para escribir los proyectos de la carta orgánica.

En ese tema políticas especiales está establecida la necesidad de un plan maestro, dinámico, no es poco lo que te digo, tiene rango constitucional.

Ahora decime, ¿se está aplicando?. No digo que no se hagan acciones, pero cada acción tiene que tener un lugar y ser coordinada con otra.  Está totalmente demostrado que de lo general a lo particular no te alcanza el tiempo pero haciendo lo particular teniendo en cuenta lo general, llega un momento que tenés una red coordinada.

Se ha hecho en Curitiba, se hizo en Medellín. No sé porque no se utiliza todo lo bueno que existe, no tengo explicación. Ni me quiero meter a entender porque estoy llegando a una etapa que no quiero entender más nada (risas).

 

De cualquier forma, usted participó de la redacción de la Carta Orgánica , una carta muy completa pero que la mitad de las cosas no se cumplieron

Vos viste lo que pasó con las inundaciones. En la carta orgánica está previsto que se junten las poblaciones que tienen que ver con la cuenca. Año 1997, hace 20 años y está ahí. Imaginate una ciudad mediterránea con río, no es común, tenemos un río con rango constitucional. La defensa de las costas, la forestación, la extracción de áridos está todo en la carta orgánica.

Espero que si hay una reforma, lo que se toque de políticas especiales sea en función de actualizarlos y no de quitar conceptos que tienen absoluta vigencia.

Es más, hablamos del ambiente, de la bioética (recuerdo que escuchamos al doctor Sayago), o sea fue completo el trabajo, se escuchó a especialistas, a los educadores.

Establecimos la educación no formal, la participación ciudadana, un motor para trabajar proyectos.

 

Se pensó la ciudad con una activa participación de los distintos sectores

En un momento tuvimos un hermoso movimiento de entidades, de toda la sociedad, se fue desarmando, deberíamos reflexionar sobre lo que pasó para que se desarme. Porque eso hubiera sido un motor para aportar proyectos.

Cuando yo estaba en la presidencia del Colegio y trabajábamos en equipo no recuerdo que hayamos puesto un solo palo en la rueda, simplemente expresábamos lo que creíamos, obvio que a veces no tenía que ver con lo expresado por quienes conducían, pero no era estar en contra, era decir que había otras posibilidades.

En las instituciones intermedias hay que tener claro que se hace lo que la ley permite y no pretender moverse como un partido político. Porque si querés eso metete en un partido político y no en las instituciones.

Las instituciones cuando las politizás partidariamente te equivocás. Sí, deben tener políticas pensando en que la ciudad y la ciudadanía deben estar adentro.

Uno tuvo la suerte de practicar esto en una institución y con excelentes resultados.

 

Usted llegó a convencional por su participación en el vecinalismo

Sí, fue el problema del gas por redes y yo empecé a ir a las reuniones en el Anfiteatro y luego hicimos la comisión. Hicimos un laburo excepcional, ahí participó Ricardo Bergero, estudiamos cuántos metros de vereda había, un trabajo increíble. No recuerdo en qué gestión se desarmó la empresa de gas (municipal) y la empresa tenía superávit, maquinarias, pero se hizo la obra. El gas que tiene Villa María no lo tiene nadie.

Todos los vecinos trabajábamos, cuando vos convocás a la gente las cosas se hacen bien. En los clubes que estuve, también, hicimos cosas con voluntad, con la participación.

No sé porque no ensayan otra forma de trabajar.

 

¿Cuándo se refiere a otra forma de trabajar, está hablando de los gobernantes?

En un municipio, en una comuna, si se trata de comprometer a la gente, de hacerla sentir involucrada los resultados serían mejores. No estoy diciendo que no se haga, pero si se hace ¿por qué hay rechazos a proyectos que son buenos?.

Me pregunto, no soy el abogado del diablo de nadie. A lo que voy es que son prácticas que son factibles, en Medellín el programa de transformación lo hicieron como un proceso metodológico matemático.

 

¿Medellín es un modelo de transformación?

Estuve dos veces con ellos, el programa se llamaba “del miedo a la esperanza”. Y hasta los mismos actores que estaban en situación delicada modificaron sus actitudes en función de un proyecto que comprendía todo.

Los arquitectos fueron representantes del proyecto, les decían lo que tenían que hacer en función de ese programa que respondía a lo que necesitaba la sociedad.

La arquitectura es una respuesta física y social a las necesidades. Son metodologías de trabajo, ellos con un equipo matemático hicieron un análisis de la realidad que tiene mucho que ver con la metodología que tenemos los arquitectos para hacer relevamiento de campo.

 

Hablando de la arquitectura social y de la concepción de ciudad, ¿cómo habría que pensar Villa María hoy?

Lo que se debería hacer es un muy buen estudio de lo que existe, llámese tránsito, transporte, densidades, estamos en la escala justa, con la tecnología que existe y toda la gente que se puede poner a trabajar creo que es factible.

Primero hay que saber lo que tenemos, a eso hay que sumarle lo que viene, lo que necesita y dónde se perfila. Hay una frase muy interesante: cuando el viento sopla si lo querés parar no vas a poder, si te dejás llevar por el viento te vas adonde el viento quiere y si vos usás el viento poniendo la vela hacia donde querés ir el viento te lleva.

Es sencillo, pero eso hay que hacerlo con un razonamiento no de un corto período, como son los períodos políticos, sino en un lapso de tiempo largo con lo inmediato, lo que viene y dónde vamos a terminar.

Porque los riesgos de las ciudades hermosas como la que tenemos son que si se hacen demasiado complejas empiezan a vivir mal los habitantes. Y eso hay que dimensionarlo, hay que darle el lugar físico.

 

Usted siempre habló de la importancia estratégica de la región

Villa María tiene una gran suerte, la región tiene poblaciones muy cerca pocos desarrolladas. Quiero que quede claro que no soy un especialista, sólo que voy a los congresos, escucho y creo interpretar lo que escucho y lo transmito.

Villa María tiene que pensar en una región y no tomar el formato de metrópoli porque sonamos. Ese es un concepto perimido, las metrópolis están luchando por desarmarse. Debemos tener mucho cuidado con eso, escuchar las opiniones y contar con lo que tenemos.

Porque si no, podés hacer una plaza donde la gente va a estacionar los autos y hacés un estacionamiento donde la gente necesita una plaza

Está todo inventado, hay que ponerse a laburar seriamente y Villa María tiene oportunidad, tiene recursos, mucha gente disponible, posibilidad de consultar. Tiene todo.

 

¿Y a nivel de infraestructura?

Hay que resolver seriamente el problema de los desagües, incrementar el tema cloacas, tener muy buena energía. No soy economista, pero lo sé por los muchachos de Ciencias Económicas, hay que evaluar el aporte que hace Villa María a la provincia y ver la devolución. Y más hablando de Villa María y la subregión, tenemos que ver si la infraestructura que hace falta se pone en Villa María o en otra localidad cercana.

 

Usted dijo que le encanta haber elegido Villa María para vivir ¿por qué la eligió?

Yo me crié en Santa Fe, en el barrio sur. Y ese barrio es muy similar a Villa María. En muy poco tiempo podés hacer infinidad de cosas. Hacer deportes, ir a comer un asado, todo a poca distancia (sonríe), después el clima, imagínate que yo venía de la humedad de Santa Fe y esto era masita (risas), y la suerte que tuve con los grupos donde trabajo, con deporte, con los socios, soy un hiper agradecido.

Tenemos un grupo hermoso de fútbol, el fútbol es la mejor expresión para unificar los distintos temas sociales. Mi viejo decía que en la ducha somos todos parecidos, a mí el deporte me enseñó a vivir de una forma, siempre amateur porque siempre fui un vago para entrenar.

El deporte individual te enseña que tenés que competir con vos mismo. Eso me lo dijo el Negro Fale, campeón del mundo en paleta. El me dijo, vos jugás en contra tuyo.

El deporte en conjunto me enseñó que solo no se puede hacer nada. Y hay roces, hay puteadas, y trabajes donde trabajes somos todos iguales. Nunca una factura, a pesar que uno es un poco cabrón pero la pasamos muy bien. Nos divertimos.

 

¿En su casa se hablaba de política, cuando era niño?

No. Mirá mi abuelo fue presidente del partido radical en Santa Fe, un tío mío estuvo en el Senado como secretario, todos radicales y había un hermano balbinista y otros frondizistas.

Yo era muy chiquito, mi abuelo vivía atrás de la Legislatura y me llevaba. Yo patinaba y jugaba al fútbol en la plaza de la Legislatura.

Pero en mi casa no se hablaba de política. Se hablaba de deportes, de un montón de cosas pero no de política.

Mi viejo era profe de Matemáticas, fundador de un club, a su vez fue jefe de Marcas y Señales en toda la provincia, era un padre ocupado, tranquilo.

 

¿Y ese ansia de participación en la vida institucional de dónde viene?

Y eso viene del abuelo, de mi viejo, seguí yo, mi hermano no es así. Lo veo en mi hijo Gastón.

Pasa que uno, por necesidad, por gusto, aprendió a manejarse en la dirigencia y tuvo espejos espectaculares. Normalmente escucho mucho a los jóvenes y escucho muchísimo a la gente grande. Hasta el Papa dijo que en la sociedad estamos todos.

A los jóvenes no se les puede decir que les falta experiencia porque ellos la tienen por su juventud ahora, que no es la misma que la nuestra, y ellos no pueden tener la experiencia que tiene uno porque todavía les falta el trayecto. Entonces, la fórmula es la suma de las experiencias.

Así se construye, porque la exclusión no es sólo económica, es de todo tipo.

 

¿Por qué estudió arquitectura?

Ese es todo un tema (se ríe). Me gustó siempre el campo y quería ser agrónomo. Después cambié a veterinario. Mi hermano estudiaba arquitectura en Córdoba y mi íntimo amigo se fue a estudiar arquitectura a Rosario.

Hablé con mi viejo y le dijo me quiero ir a estudiar arquitectura a Rosario. Y mi viejo me dijo si tu hermano estudia en Córdoba, te vas a Córdoba. Y allá fui y soy arquitecto (se ríe).

La vida se va construyendo en el día a día.

 

Llegó la facultad y rápido empezó a participar

Sí (se ríe). Fui ayudante de alumnos, fui delegado estudiantil todos los años, capitán del equipo de fútbol, armaba las trenzas de quien jugaba y quien no, siempre tuve algo que ver con los demás (risas).

 

¿Y siempre tuvo ese carácter de estar en todo, manejar todo?

Siempre tuve un carácter tranquilo hasta que empecé a vivir solo y me di cuenta que uno tiene que mantener sus principios pero debe saber que le toca vivir distintas situaciones y hay que saber manejarse porque si no terminás expuesto y dañado.

Las actitudes van cambiando pero los principios no. Si sos buen amigo, sos buen amigo, si sos buen padre sos buen padre, hay que tener principios pero siempre les digo a los chicos que no hay que ser ni infelices, ni boludos.

 

¿Y el amor lo trajo a Villa María?

Sí, el amor y una familia muy linda porque mi señora era de Villa María.

 

Vino en 1981 a Villa María y ¿empezó a trabajar en algún lugar o por su cuenta?

Siempre trabajé en forma independiente, pero hice de todo, vendí cal, vendí caños, de todo (sonríe).

 

Si tuviera que hacer un balance de su paso por las instituciones, ¿en qué lo sintetizaría?

Siempre me preocupó que ante la posibilidad de hacerlo, muchos colegas muy buenas personas no hayan profundizado en ser buenos dirigentes. Porque nos hace falta tener buenos dirigentes en todo. Hay que aprender a autocriticarse, a pedir perdón, a entender que los objetivos se logran en conjunto, que solo no se puede hacer nada.

Un amigo me dijo una vez “no te enojés con el que revoca porque vas a terminar revocando vos, vos lo necesitás”.

Normalmente uno se equivoca con las cosas que cree que sabe. Porque no las consulta.

 

¿Qué visión tiene sobre la situación económica actual?

Me parece que estamos ante una etapa de desorden. Por supuesto hay que esperar el paso del tiempo pero para nosotros que estamos viendo, viviendo, esto se ve como un desorden, no sé decir cuando empezó. Pero deberíamos estar construyendo lo que necesitamos y parte de responsabilidad podemos tener nosotros pero parte la tienen los que conducen.

Para ponerle un nombre lindo, lo veo como un desorden.

Vuelvo a decirte, hay formas de trabajar que nos conducen a buen camino y el que quiere conducir, estar en la política, tiene la función que todos estemos bien. Y para eso debe entender a todos los sectores y favorecerlos en forma ecuánime. Dar igualdad de oportunidades y no parece ser así la cosa.

Cuando uno estudia y profundiza, te das cuenta que lo que pasa es porque se está haciendo para beneficiar a algún sector y lo que es peor cuando beneficiás a un sector que no lo necesita. Eso es lo que uno no entiende.

No importa el gobierno que sea, es así. Te doy un ejemplo, cuando vos te juntás con un grupo de gente y te ponés a hablar en función de la agenda que te tiran terminan todos peleados. Pero si te ponés a hablar preguntando a cada uno qué le gustaría, el 90 % estaríamos de acuerdo.

¿Y ese fenómeno por qué pasa? Porque alguien no quiere que nos pongamos de acuerdo. Que se ponga el saco el que quiera.

 

¿Estas antinomias que nos caracterizan le ha hecho perder amistades o conocidos?

No, amistades ni conocidos porque soy respetuoso, pero me gusta que cada uno se haga cargo.

En lo personal cuando hubo un problema serio me tocó y cuando no hubo no me tocó, pero soy un agradecido, no me puedo quejar.

 

Usted ha dado charlas internacionales

Sí, gracias a Dios hay mucha gente que me escuchó pero no están ellos para preguntarles cómo les fue (se ríe).

 

Pero, extrañamente no dio charlas por estos pagos.

No. (Pausa). Pero mirá, yo fui uno de los que colaboré para fundar mi entidad, llegué a ser presidente de mi regional por un acuerdo de todos, no me moría por ser presidente pero me gustó ejercerla porque me parece que es un lugar para lograr cambios, también tenés que hacerte cargo de las macanas, llegué a ser presidente de la provincial por una propuesta del grupo, y después en Panamericana que fue un proceso muy interesante y los vicepresidentes nos juntamos y trabajamos para que el presidente llegue a feliz término, cosa que se puede hacer, y luego de los vice salí yo como presidente.

Mirá como son las cosas, a veces te toca y te tenés que poner contento, agradecer y meterle para adelante.

 

¿Por qué decidió retirarse?

Porque son los procesos lógicos, llega el momento en que uno tiene que entender que si ha llegado a hacer una gestión que es reconocida, hay que dejar el lugar.

Se siente la necesidad de retirarse, hay que olfatearla, no hay que dejar que te echen a los empujones.

 

¿Qué recuerdos tiene de la fundación del Colegio provincial?

Empezó con una movida de arquitectos de Córdoba y en Villa María el que trabajó muchísimo fue el arquitecto Carlos Alonso, incansable, fue el primer secretario de la provincia.

Y se fue dando porque teníamos un colegio en que estaban todas las profesiones y no nos podíamos consolidar, así que nos fuimos embalando y me meto en el Colegio porque la institución es parte de uno y siempre fui un convencido que la defensa de la profesión es mejor si lo hacemos entre todos.

Eso es algo que tenemos que entender que las instituciones son parte de uno, porque a veces creemos, por ejemplo, que el municipio es de otro y no es así, es parte de todos.

 

En estos momentos nuevamente se habla de modificar la carta orgánica

Para mí todo es importante, pero la carta orgánica tuvo una componenda muy linda, con gente que tenía que ver con la sociedad, creyentes al mango que la participación de la gente organizada es sumamente importante.

La participación ciudadana es muy interesante, las audiencias públicas son muy importantes, las políticas especiales se pueden mejorar, y estamos en un momento en que tenemos que aprovechar y pensarnos en forma regional.

Después, puede ser bueno tener un vice intendente, pero más concejales no sé.

 

¿Hace veinte años que se habla de un plan estratégico, hay un plan?

Si existe no lo conozco y si existe hay que presentarlo. Yo lo que digo el municipio es de todos, hoy

lo gobierna alguien, después lo gobernará otro y eso hay que entenderlo. Uno tiene que planificar todo, hasta en su casa, los municipios no pueden hacer lo que a alguien se le antoja, lo bueno es que se hagan las cosas que se le ocurrieron muchos. No es crítica de nadie.

 

La última, ¿cuál es su sueño hoy?

Es tan sencillo, poder ver crecer a mis nietos, seguir disfrutando de la familia, de los amigos, de los compañeros, seguir como estoy. Porque soy un agradecido.

 

Opiniones

Mauricio Macri

Normalmente, creo que como todas las cosas se debe surgir desde la política. Esa es mi opinión.

 

Juan Schiaretti

Es una persona, por lo que se ve, que nunca cerró la posibilidad de diálogo, lo digo por la relación que tuvimos con él desde lo institucional. Me parece que en su función es correcto. No juzgo políticamente porque no estoy en la política.

 

Martín Gill

Recién comienza, me parece que sería bueno ensayar desde un lugar como Villa María algún tipo de funcionamiento que intervenga más la ciudadanía. Porque en una ciudad los aciertos están bárbaros, pero los desaciertos se pagan carísimos durante años.