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“Voy a defenderme y no voy a dejar que me saquen a los abuelos”

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“Voy a defenderme y no voy a  dejar que me saquen a los abuelos”
El geriátrico fue clausurado el martes por la noche

Villa Nueva – Habló la dueña del geriátrico clausurado el martes. Gladys Iriosola, propietaria de “Mi Dulce Hogar”, aseguró que los ancianos se encuentran en perfectas condiciones y amenazó con iniciar medidas de fuerza si no le levantan la clausura

 

La propietaria del geriátrico villanovense que fuera clausurado el martes por la noche se comunicó con EL DIARIO para dar a conocer su desconcierto y malestar a raíz de esa situación y además advirtió que, de no llegar a buen puerto su intención de continuar con el lugar funcionando normalmente, iniciará diferentes medidas de fuerza.

Concretamente, Gladys Iriosola, dueña de la residencia geriátrica “Mi Dulce Hogar”, que funciona desde hace más de cuatro años en avenida Carranza 842, comenzó relatando que “todo comenzó el 21 de diciembre del año pasado, cuando el Ministerio de Salud provincial realizó una inspección en el lugar y tras ella se nos intimó para que, en un período de diez días, cambiáramos una luz de emergencia y colocáramos un extintor de fuego, que en ese momento no estaba porque había sido llevado a cargar”.

“Todo se hizo inmediatamente, pero nadie volvió a los diez días para constatarlo y recién volvieron a aparecer esta semana, más precisamente el último martes 27 de febrero, para hacer efectiva la clausura del lugar”, agregó.

Al respecto, detalló: “Vinieron directamente con una ambulancia para llevarse a los abuelos, pero no pudieron hacerlo porque no encontraron argumentos necesarios para poder efectuar los traslados”.

“Me resulta inexplicable que el chofer de la ambulancia haya sido quien revisó a los abuelos. Si ese hombre es médico le exijo que me muestre su matrícula”, solicitó públicamente.

Además, Iriosola sostuvo: “Voy a defenderme y no voy a dejar que me saquen a los abuelos, siempre y cuando sus familiares me respalden, algo que hasta ahora han hecho, a pesar que alguien se anda encargando de asustarlos diciéndoles la mentira de que si no los sacan de mi geriátrico pueden ser denunciados por abandono de persona”.

“Quiero seguir trabajando. Los abuelos tienen que recibir todos los cuidados que reciben aquí”, aseguró.

 

“No les falta nada”

Sobre los motivos que originaron la clausura, la entrevistada opinó: “A esta altura, creo que hay una persecución hacia mí, pero no sé desde dónde viene ni por qué motivo se está dando, porque dedico todo mi tiempo a estos abuelos y estoy todo el tiempo realizando cambios para adaptarme a lo que se me exige para poder seguir funcionando”.

“A los abuelos no les falta nada. Están bien alimentados y constantemente son controlados por una nutricionista, un médico y un enfermero, además de contar con el servicio de Corpus”, detalló.

 

Nuevos pedidos

Por otra parte, la mujer lamentó que “hoy (por ayer) cuando terminé de presentar algunas cosas que me faltaban, el inspector del Ministerio de Salud me dijo que la casa no es apta para funcionar como geriátrico”.

“No entiendo por qué me dicen eso ahora y no cuatro años atrás, cuando nos trasladamos a este lugar y comenzamos a hacer todas las mejoras que eran necesarias”, apuntó y dijo: “Además, cuando quise hacer el cambio de domicilio no me lo aprobaron porque tenía una deuda de impuestos y en la Municipalidad ‘perdieron’ el expediente”.

También relató que “en la primera inspección me dijeron que había una denuncia por maltrato, desnutrición y falta de higiene, pero como no pudieron corroborarlo, porque los resultados están a la vista con todos los abuelos en excelentes condiciones, no pudieron hacer nada”.

“Si hubiese alguna anomalía, pienso que ya se tendrían que haber llevado a los abuelos del lugar porque estarían corriendo riesgo, por eso siento que esta clausura es algo contradictoria”, consideró, agregando además que “me intimaron a desalojar el lugar en cinco días, pero creo que si hubiese algo en malas condiciones ellos no deberían estar ni un día más acá”.

 

Después de la clausura

En la parte final del diálogo con este medio, Iriosola relató: “El intendente Natalio Graglia se portó muy bien con nosotros. Nos recibió en su domicilio particular  y nos dijo que se iba a interiorizar en el caso para saber qué estaba pasando”.

“Igualmente le adelanté a Graglia que si el tema no se solucionaba yo iba a tomar las medidas de fuerza que considerara oportunas, como por ejemplo cortar la avenida Carranza”, manifestó.

Además, realizó otra acusación pública: “Por ocho meses hospedé a un hombre que mandó una asistente social del municipio. Nunca me pagaron nada por él y solo nos daban dos módulos de leche por mes, pero esa misma asistente social hoy (por ayer) me dijo en la cara que ella nunca había mandado a nadie a mi geriátrico y que a las cajas de leche nos las daba porque las íbamos a pedir para dársela a un hombre que ‘juntamos’ de la calle”.

“Esa mentira me hizo enojar muchísimo, a esa mujer la traté de basura y le advertí a Graglia que no se confiara de esa gente, porque si hacen algo y después se lavan las manos algún día lo van a mandar preso”, añadió, para finalizar diciendo contundentemente: “Si las familias me apoyan, cuando el lunes vayan a buscar a los abuelos no voy a permitir que se los lleven”.